¿Qué es la economía?
La palabra "economía" se deriva del griego OIKONOMIKE (Oikos = casa con todo lo que uno posee; Nomos = administración); en el sentido empleado por los griegos, la palabra venía a significar el acto de administrar prudente y sistemáticamente el patrimonio familiar. Y no es arte sencillo, ya que la gestión del hogar implica decisiones tales como la distribución de las tareas domésticas entre los miembros de la familia o la asignación de los ingresos (siempre inferiores a lo deseado) a los diferentes gastos, etc. Hoy día, aunque la palabra economía ha desbordado sus originales límites hogareños para referirse a aspectos sociales más generales, su significado no se halla tan alejado del original ya que, sociedades han de tomar unas decisiones comparables a las de las familias, esto es, la asignación del tiempo de sus miembros y de sus haberes materiales para obtener unos servicios y productos que se consideran necesarios.
La economía es el estudio de cómo la sociedad administra sus recursos que son escasos.
La economía es una ciencia social. Se dice que es una ciencia porque en su búsqueda de explicaciones utiliza un método científico. ¿En qué consiste este método? El economista comienza observando la realidad y planteando preguntas y problemas. Pero la simple observación y el acopio de información no son suficientes para lograr explicaciones. Los hechos no se explican por sí solos y se hace necesario fijar unas reglas para ordenar los datos que se recogen y obtener, así, una visión coherente de la realidad. La economía procede entonces a la formulación de teorías y modelos a través del análisis económico, que es la parte de la economía encargada de ello. Una teoría es una proposición o conjunto de proposiciones que ofrecen una estructura para comprender o analizar los hechos y de esta teoría pueden deducirse, de forma lógica, ciertas predicciones sobre lo que ocurrirá en la realidad. Un modelo es una representación simplificada de la realidad basada en una teoría. Las simplificaciones que se realizan para construir un modelo suelen ser explícitas y se denominan «supuestos». Como simplificaciones que son, los modelos incluyen una serie de relaciones, que se consideran fundamentales, entre diversas partes de la realidad y dejan de lado otras relaciones, que se consideran accesorias o secundarias. El plano de una ciudad es un ejemplo de modelo: recoge tan sólo unas líneas que representan, a escala, los contornos de los edificios, que separan éstos de las vías públicas. Los demás detalles de la ciudad se consideran secundarios cuando se dibuja un plano y, por tanto, se omiten.
Para ser aceptados, las teorías y modelos deben ser contrastados empíricamente (Se llama empírico a todo lo relativo a la práctica o a la experiencia.), es decir, puestos a prueba en la realidad. Por ello, las teorías deben estar formuladas de tal modo que faciliten su verificación o refutación, esto es, deben indicar con claridad qué hechos de la realidad resultan coherentes con sus predicciones y, sobre todo, qué hechos resultan incoherentes. Si sus predicciones se ajustan al comportamiento de la realidad, las teorías y modelos son aceptados. Si no se ajustan, por aparecer en la realidad hechos que resultan incoherentes con sus predicciones, serán abandonados y se dirá que han sido refutados. Pero, aunque una teoría haya sido aceptada, esta aceptación es, por su propia naturaleza, provisional. Las teorías científicas no son inmutables: si aparecen otras teorías o modelos que expliquen mejor la realidad, los anteriores serán apartados en favor de los nuevos. La econometría es la parte de la economía que se dedica a la contrastación empírica de teorías y modelos con los datos económicos recogidos. Para ello, utiliza métodos estadísticos que permiten comprobar si el comportamiento de la realidad se ajusta bien o no a las predicciones de las teorías y modelos. Para facilitar esta tarea, la economía intenta que los conceptos que utiliza sean cuantificables (se puedan expresar en unidades de algún tipo) y medibles (se pueda determinar su valor). Así, por ejemplo, la cantidad de leche que se consume puede medirse en litros y su precio en euros. En otros casos la cuantificación no es tan sencilla y es necesario desarrollar técnicas de medición.
La economía formula también leyes económicas, que son regularidades que se cumplen para colectivos suficientemente grandes. Una ley económica muy conocida es la ley de la demanda según la cual, si aumenta el precio de un determinado bien, la gente reaccionará comprando una cantidad inferior de ese bien. Por ejemplo, esta ley predice que un incremento del precio del tabaco llevará a un descenso del número de cigarrillos consumidos ¿Todas las personas se comportarán así? No necesariamente. Habrá personas que sigan fumando con la misma intensidad o, incluso otras pueden aumentar su consumo. Pero si se considera un colectivo suficientemente grande se observará que el consumo total de cigarrillos (y, por tanto, el consumo medio de tabaco) habrá disminuido después del aumento del precio.
Uno de los objetivos de la economía es establecer las relaciones de causalidad entre los hechos. Se entiende que existe relación de causalidad entre dos sucesos cuando uno de ellos (causa) ha dado lugar al otro (efecto). No es tarea sencilla establecer si ha existido relación de causalidad entre dos sucesos mediante la mera observación de ambos. Por ejemplo, volviendo al caso anterior, suponga que de un año a otro se observa un aumento del precio de los cigarrillos en diez céntimos de euro y, al mismo tiempo, una caída del consumo de tabaco, ¿es esto suficiente para afirmar que el encarecimiento de este producto ha sido la causa de la reducción del hábito de fumar? Evidentemente no. La simultaneidad de dos hechos no implica necesariamente causalidad entre ellos. Durante ese tiempo es posible que se hayan producido otros hechos que pudieran afectar también al comportamiento de los fumadores. Podrían haber disminuido los ingresos de los individuos, haber tenido lugar una campaña para la reducción del tabaquismo, etc. Para saber si ha sido el aumento de precio el causante del hecho observado hay que excluir los efectos que los demás cambios han producido sobre el consumo de tabaco y analizar lo que habría ocurrido al aumentar el precio del tabaco si todo lo demás que pudiese afectar a la demanda hubiese permanecido constante. Esta idea de mantener todo lo demás constante se denomina la cláusula ceteris paribus (en latín significa «todo lo demás igual»).
Una vez establecida la causalidad también puede medirse si el efecto ha sido importante o más bien reducido. Es el problema de la intensidad de la relación. Podría ser que el incremento de los diez céntimos de euro diese lugar a una gran reducción del consumo de tabaco (la relación sería muy intensa) o, por el contrario, la venta de cigarrillos tan sólo sufriese una leve reducción (la relación sería poco intensa).
¿Cuál es el objeto de estudio de la economía? Ya se ha señalado que la economía es una ciencia social (al igual que la sociología, la psicología o la antropología) y, por tanto, su objeto de estudio es el comportamiento de los individuos y de la sociedad. En esto se contrapone a las ciencias naturales que se ocupan de los fenómenos de la naturaleza (físicos, químicos, biológicos, etc.). Pero la conducta humana, de la que se ocupa la economía, tiene una diferencia importante con la de las moléculas o los astros: mientras estos últimos son previsibles, los seres humanos tienen, aparentemente, un carácter un tanto imprevisible y errático ¿Cómo resuelve la economía este problema? Incidiendo, a la hora de construir sus teorías y modelos, en la parte sistemática y consistente de la conducta de los individuos. De este modo, uno de los axiomas fundamentales en los modelos económicos es que los sujetos actúan con racionalidad, esto es, fijados sus objetivos, o fines, llevan a cabo las acciones adecuadas, o medios, para conseguir estos objetivos.
¿En qué se diferencia la economía del resto de las ciencias sociales como la sociología, la psicología, la antropología, etc.? Estas últimas disciplinas se ocupan también de estudiar el comportamiento de los individuos y de la sociedad. La economía se distingue, en primer lugar, por su campo de estudio: los problemas que preocupan a la economía suelen ser distintos de aquéllos que ocupan a las otras ciencias aunque en muchas ocasiones existan coincidencias. Así, por ejemplo, la evolución de los tipos de interés, las causas de la inflación o el crecimiento de la producción de un país constituyen preocupación exclusiva de la economía. Por el contrario, el cambio en las pautas de consumo, los efectos sociales del desempleo, la educación o la pobreza son problemas en los que se interesa la economía pero también otras ciencias (psicología y sociología). Lo que diferencia a la economía del resto de las ciencias sociales, a la hora de tratar estos campos comunes, es que utiliza un enfoque distinto, esto es, una peculiar manera de estudiar la realidad y abordar los problemas.
El enfoque económico de la realidad se basa en la consideración de que el comportamiento de los individuos y de la sociedad consiste en decidir (elegir) cómo asignar unos recursos escasos que podrían tener usos alternativos. Los recursos son los medios de que los individuos o la sociedad disponen para conseguir sus objetivos ¿Por qué se dice que los recursos son escasos? Porque generalmente son insuficientes para colmar todos los deseos y necesidades de las personas. Por ejemplo, los recursos del consumidor para comprar bienes y servicios están constituidos por sus ingresos, que son limitados: en general, a todo el mundo le gustaría tener mayores ingresos. El tiempo es otro recurso fundamental del que disponemos todas las personas, pero tiene una característica importante: está también limitado. No disponemos de tiempo ni de ingresos suficientes para hacer todo lo que desearíamos. La escasez hace necesaria la elección entre los usos u opciones alternativas que puede darse a los recursos. Si los ingresos de un consumidor no dan para adquirir una camisa y realizar un viaje de fin de semana, el individuo deberá elegir entre una de las dos compras. Con ingresos ilimitados no necesitaría elegir: podría adquirirlo todo. Igualmente si sólo disponemos de dos horas libres, es necesario elegir entre pasear o asistir a una conferencia. La escasez está presente en cualquier decisión de nuestras vidas creando opciones alternativas entre las que tenemos que elegir. Esta escasez es el centro alrededor del que giran todos los problemas económicos. En algunos casos excepcionales los recursos no son escasos, ya que la cantidad existente colma con creces las necesidades y deseos; por ejemplo, el aire para respirar. En estos casos se habla de bienes libres.
La finalidad de la economía es la ordenación y clasificación de los fenómenos económicos para determinar leyes económicas y satisfacción de necesidades (bienestar).El proceso de elección que llevan a cabo los individuos tiene una implicación importante: elegir entre dos cosas implica renunciar a una de ellas. Así, en los ejemplos anteriores, el consumidor que decide realizar el viaje está renunciando a la camisa y el que decide ir a pasear se está perdiendo la conferencia. El valor de esta renuncia se denomina coste de oportunidad y se mide como el valor de la mejor opción alternativa a la elegida. Así, el coste de oportunidad del viaje es la camisa y el coste de oportunidad del paseo es aquello en lo que el individuo valoraba asistir a la conferencia. A través de este razonamiento podemos obtener una importante implicación económica: si los recursos son escasos, nada es gratis en esta vida, aunque en ocasiones pudiera parecerlo, ya que cualquier actividad está soportando un coste de oportunidad. Si usted recibe algo «gratis», es porque otro paga por usted.
¿Cómo eligen los individuos entre las opciones alternativas? El comportamiento racional desde el punto de vista económico, que se describió con anterioridad, se concreta en una conducta optimizadora por parte de las personas. Esta conducta consiste en elegir lo que el sujeto considera lo mejor después de comparar las ventajas (ganancias) con las desventajas (costes) que cada una de las opciones le proporciona. La alternativa mejor de todas será aquélla en la que las ganancias superan a los costes por la mayor diferencia. Por ejemplo, para dirigirse al trabajo todos los días, los individuos pueden tener dos opciones: el transporte público o el transporte privado (automóvil). Aquéllos que eligen utilizar su automóvil han sopesado costes y ganancias de las dos opciones (precio, tiempo, comodidad, etc.) reconociendo que, en su caso, la diferencia entre las ganancias y el coste es superior en este tipo de transporte.
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