Los ecosistemas
Los ecosistemas son sistemas complejos y dinámicos o cambiantes, integrados por una comunidad de seres vivos interdependientes, el entorno territorial que ocupan y las relaciones que establecen entre ellos. La noción de sistema complejo indica que los seres pertenecientes a los ecosistemas interactúan entre sí y con los elementos del medio en que habitan. En el sentido ecológico, el concepto de ecosistemas no incluye a los seres humanos. Pero las actividades de apropiación de la naturaleza sí intervienen en la dinámica de los ecosistemas provocando cambios en su funcionamiento natural, por ejemplo, nuevas adaptaciones de especies.
Factores que constituyen los ecosistemas
Los ecosistemas se pueden concebir como la interacción de tres elementos:
- Factores bióticos: son los seres vivos del planeta, incluidos todos los animales, vegetales y microorganismos.
- Factores abióticos: son los elementos que carecen de vida, como por ejemplo los minerales y el agua.
- El medio o hábitat: se refiere a todos aquellos lugares en los que puede prosperar la vida.
Tipos de ecosistemas
Elementos como el tipo de organismos que habitan un medio, la interacción del relieve, la humedad, la temperatura, la luz solar, la cantidad de agua disponible, entre otras condiciones ambientales, se conjugan para determinar los diferentes tipos de ecosistemas que existen. Estos se pueden delimitar de dos formas: por el tipo de hábitat y por su escala espacial.
Delimitación por hábitat
Ecosistemas terrestres: el medio que predomina en ellos es el suelo, el cual provee los nutrientes que necesitan los organismos que lo habitan. En estos ecosistemas predomina la vegetación. Las fuentes de agua son limitadas y no son uniformes de manera que los seres vivos deben obtener agua y conservarla. La temperatura tampoco es uniforme lo que condiciona variaciones de tamaño en las plantas, las cuales, al no poder desplazarse para evitar la escasez de agua o las inclemencias del tiempo, sobreviven adaptándose a estas condiciones.
Ecosistemas acuáticos: el medio que predomina en ellos es el agua, sus características únicas determinan temperaturas constantes y moderadas, gran absorción de luz y concentración de nutrientes, cerca de los sedimentos del suelo. Así los ecosistemas acuáticos proveen a los organismos de abundante agua y temperatura apropiada y tienen como únicas limitaciones a la energía y los nutrientes.
Delimitación espacial
Se refiere a la escala espacial de observación y análisis de los ecosistemas. Se pueden distinguir tres clases:
Microecosistemas: son ecosistemas pequeños que se desarrollan en áreas reducidas de acuerdo con la presencia de especies y condiciones ambientales locales. Por ejemplo, una laguna.
Mesoecosistemas: son ecosistemas de tamaño medio presentes en áreas intermedias entre la escala local y los grandes ecosistemas. Un ejemplo de mesoecosistema son los bosques secos ecuatoriales.
Macroecosistemas: son los grandes ecosistemas del planeta, también conocidos como biomas. Un ejemplo de bioma lo constituyen las selvas ecuatoriales de África, América y Asia.
Funciones de los ecosistemas
Los ecosistemas son de gran importancia porque regulan la estabilidad climática, las migraciones de las especies, reciclan los nutrientes de la naturaleza y ofrecen al ser humano una serie de bienes y servicios que hacen posible la satisfacción de las necesidades básicas. Entre las funciones más importantes de los ecosistemas se encuentran:
Mantenimiento del equilibrio ecológico: Los ecosistemas cumplen una función ecológica primordial al regular los ciclos hidrológicos y climáticos, y mantener la diversidad biológica. La regulación hídrica y climática incide directamente en la conservación de las especies, los procesos productivos y la prevención de desastres.
Satisfacción de necesidades básicas: A lo largo de la historia, los ecosistemas han sido intervenidos para satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, como el abastecimiento de agua, la obtención de alimentos y de energía.
Proveedores de recursos naturales: Los recursos naturales son aquellos bienes y servicios de la naturaleza que son utilizados por la sociedad. Estos recursos son resultado de la producción biológica en la que no ha intervenido el hombre, el cual los recoge del medio natural. Por ejemplo, las explotaciones forestales, mineras y pesqueras.
Sumidero o vertedero de desechos: Los ecosistemas, en todas las escalas, son receptores de los desechos producidos por la sociedad, y en alguna medida logran asimilar estos desechos gracias a su capacidad de autodepuración y resiliencia. Si no fuera así, la contaminación de los ríos, que reciben las aguas negras de las ciudades, y la contaminación atmosférica planetaria serían mucho más desastrosas.
Disciplinas que estudian los ecosistemas
El estudio de un ecosistema requiere de múltiples ciencias que permiten conocer los procesos, las características y las interrelaciones existentes entre los diferentes elementos que lo componen. Algunas disciplinas exploran las características biofísicas, es decir, la forma del lugar, el clima, las aguas, el subsuelo, el suelo y la diversidad de especies. Otras investigan el componente antrópico, es decir, la intervención humana, a través de las ciencias sociales.
Algunos términos relevantes que contribuyen a la comprensión de los ecosistemas son: el paisaje, el cual se refiere a un conjunto de elementos de carácter natural, social y cultural, que conforman una unidad particular de menor escala que un ecosistema. Por otro lado, el bioma es la comunidad de seres vivos que comparten extensiones de tierra con condiciones ambientales similares.
Factores que influyen en la diversidad de ecosistemas
Las características de los ecosistemas están determinadas, en gran parte, por tres factores principales: procesos muy antiguos, relacionados con la forma en que ha evolucionado el planeta; la posición de la Tierra y sus movimientos, y factores ambientales como el clima.
Evolución geológica de la Tierra: En la evolución geológica de la Tierra, se destacan como factores que influyen en la diversidad de ecosistemas, los siguientes:
- Deriva continental: tiene que ver con la conformación y el movimiento de los continentes, lo cual permitió que diferentes especies de plantas y animales evolucionaran en espacios geográficos separados, a pesar de que algunas tuvieron un origen común en el supercontinente Pangea.
- Tectónica de placas: hace referencia a las placas tectónicas, fragmentos de la litósfera terrestre que, al entrar en contacto entre sí, modifican el relieve continental y marino formando cordilleras, montañas, islas, fosas o hundimientos marinos, y contribuyen a la ocurrencia de terremotos y erupciones volcánicas. Esta constante actividad de la Tierra genera diversidad de espacios que afectan la distribución de las especies.
- La actividad interna de la Tierra: está relacionada con la formación de los distintos tipos de rocas sedimentarias, metamórficas e ígneas, que dan origen a diferentes clases de suelos, en donde se desarrollan distintos tipos de vegetación.
Posición y movimientos de la Tierra: La diversidad de ecosistemas se explica también por la posición del planeta en el sistema solar y por sus principales movimientos: la Tierra, por ser el tercer planeta más cercano al Sol, tiene una posición muy favorable que determina el balance energético y el clima general del planeta; y, los movimientos de rotación y de traslación explican la presencia de estaciones en las latitudes medias y altas, debido a la proximidad o distancia del sol en diferentes épocas del año.
Factores climáticos: Los factores climáticos son fundamentales para entender la diversidad y la distribución de los ecosistemas del planeta. Entre dichos factores se encuentran:
- La diferencia de radiación solar: La luz que entra al planeta origina un calentamiento diferencial de la atmósfera, lo cual genera corrientes de aire cálidas, frías, secas o húmedas que regulan los climas del planeta.
- Las corrientes marinas: Las corrientes influyen en las características del clima terrestre debido a las diferencias de temperatura entre las zonas costeras y las corrientes que bañan dichas zonas.
- El relieve, la latitud, y la longitud: Estos elementos determinan que, de acuerdo a la localización de las regiones del planeta, éstas tengan un clima regular año tras año.
La biodiversidad
Este término hace referencia a la diversidad de la fauna y de la flora, así como al número de individuos por especie que tiene un área geográfica. Esta diversidad está condicionada por los factores que influyen en los ecosistemas (clima, evolución y posición de la Tierra), razón por la cual unas zonas del planeta poseen mayor diversidad de especies que otras. Cada una de las especies cumple un nicho o función dentro de un ecosistema, de manera que este puede verse alterado por la aparición o desaparición de una especie o por la intervención de los seres humanos.
Diversidad de ecosistemas en la Tierra
Bosque mediterráneo: Este bioma se localiza alrededor del mar Mediterráneo y en algunas regiones con clima similar ubicadas en Australia, Suráfrica, California y Chile. Se caracteriza por presentar bajas precipitaciones y por la presencia de arbustos con poca altura y árboles como robles y eucaliptos.
Regiones polares: Están ubicados en los extremos norte y sur del planeta; corresponden a las áreas glaciares alrededor del océano Glaciar Ártico y al bloque continental de la Antártida, respectivamente.
Tundra: Se encuentra en las regiones de Alaska, Siberia y Groenlandia, en el hemisferio norte; Chile y Argentina, en el hemisferio sur. En este tipo de biomas el suelo está congelado la mayor parte del año, por lo que solo se encuentran, principalmente, líquenes y musgo.
Bosque de hoja caduca: Situado en zonas de América, Asia, Europa y zonas bajas de regiones montañosas. Presenta variaciones climáticas, como las estaciones, y una amplia variedad de flora y fauna.
Taiga o bosque de coníferas: Comprende ecosistemas forestales que se encuentran solo en el hemisferio norte. Allí son característicos los bosques de pinos y la presencia de mamíferos como osos, zorros y ciervos.
Pradera: Este tipo de ecosistemas se encuentra en la mayor parte de los continentes. Son regiones secas, la mayor parte cubierta con pastos, que presentan estaciones climáticas. Sus suelos son muy fértiles por lo que se han transformado en grandes áreas de cultivo.
Sabanas: Se encuentran en las planicies situadas en las latitudes intertropicales. Tienen una estación húmeda y otra seca, su vegetación está compuesta principalmente por gramíneas o pastos y posee diferentes especies de aves, mamíferos e insectos de acuerdo con su ubicación.
Selva húmeda: Localizada alrededor de la línea ecuatorial, se caracteriza por la humedad constante y la densa vegetación organizada en estratos desde líquenes hasta grandes árboles. Posee la mayor biodiversidad de todos los ecosistemas y es una gran fuente de recursos.
Vegetación de alta montaña: Corresponde a grandes elevaciones de terreno, superiores a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Posee amplias redes hídricas que favorecen la vegetación y la vida.
Desierto: Ubicado en casi todos los continentes, es un bioma muy seco debido a las escasas lluvias. Allí solo se encuentran plantas y animales adaptados a las condiciones de extrema sequía como insectos, algunos reptiles, aves y mamíferos.
Incidencia del ser humano en los ecosistemas
Desde su aparición, la actividad humana ha ocasionado grandes perturbaciones en los ecosistemas naturales. La necesidad de alimento y asentamiento como la explotación industrial y comercial han convertido sabanas, bosques, selvas, ríos y mares en áreas adecuadas para el cultivo, la vivienda y la comunicación del ser humano. La transformación de los ecosistemas está relacionada con procesos de apropiación de la naturaleza causados por factores como: el crecimiento de la población, el acelerado proceso de urbanización, las actividades económicas con fines extractivos y productivos y los cambios tecnológicos que inducen patrones de uso y aprovechamiento del territorio.
La apropiación de la naturaleza
La apropiación de la naturaleza se entiende como el proceso por el cual los miembros de la sociedad aprovechan y transforman los ecosistemas para satisfacer sus necesidades y deseos. Según sea la relación de apropiación que los seres humanos establecen con su espacio natural, se habla de tres categorías de ambientes: utilizado, transformado y conservado.
- Medio ambiente utilizado: cuando la apropiación ocurre sin causar cambios sustanciales en la estructura, dinámica y evolución de los ecosistemas. Por ejemplo: la caza, la recolección, la pesca artesanal y el pastoreo.
- Medio ambiente transformado: cuando el proceso de apropiación causa una alteración y desarticulación de los ecosistemas, mediante la introducción de especies domesticadas de otros ecosistemas. Por ejemplo: la introducción de especies europeas en América durante la conquista, todas las formas de agricultura, ganadería, plantaciones forestales y acuicultura o cultivo de especies en el medio acuático.
- Medio ambiente conservado: cuando la apropiación consiste en conservar los ecosistemas para proteger especies, hacer mantenimiento del clima local, regional o global, realizar tareas de recolección y conservación de agua, o para esparcimiento, recreación, educación e investigación científica.
Urbanización
A medida que aumenta la población y se intensifica el proceso de urbanización, crece el tamaño de las ciudades y sus necesidades de consumo. Por tanto, requieren mayores espacios geográficos y ecosistemas que provean de bienes y servicios como alimentos, agua, materiales de construcción y materias primas para funcionar. También, como resultado del acelerado consumo, las ciudades generan gran cantidad de desechos, que requieren de espacios apropiados para su disposición, sistemas de depuración y tratamiento y ecosistemas de sumidero en capacidad de asimilarlos. En la actualidad, el área que cubren las zonas urbanizadas es del 4% de la superficie terrestre, aproximadamente 471 millones de hectáreas.
Agroecosistemas
Corresponden a los espacios naturales modificados total o parcialmente por el ser humano para el desarrollo de actividades agropecuarias. Los agroecosistemas comprenden: cultivos de subsistencia, monocultivos o cultivo de un solo producto a gran escala, policultivos, sistemas agropecuarios de producción intensiva, espacios agroforestales o de cultivo de árboles para su uso comercial, la acuicultura y las praderas, pastizales y tierras en barbecho.
Degradación de los ecosistemas
La apropiación inadecuada de los ecosistemas produce su degradación. Entre las principales causas de este proceso encontramos la deforestación. Cerca de un tercio de los bosques y de las selvas del planeta ha sido convertido en áreas agropecuarias, explotado comercialmente o, simplemente, desaparecido por la urbanización. Otras causas de degradación de los ecosistemas son: el cambio climático global, acelerado por el desarrollo de la sociedad industrial; la sobreexplotación de los recursos naturales y la intensa contaminación que supera la capacidad de asimilación y depuración natural de los ecosistemas.
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