Gandhi
MOHANDAS K. GANDHI
El apóstol de la no violencia
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en la ciudad costera de Porbandar, situada en el noroeste de la India, en la región de Gujarat. Su familia era de la tercera casta, los vaishyas, formada por artesanos y comerciantes. Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar. Su madre, Putlibai, era una mujer profundamente religiosa y austera que dividía su tiempo entre el templo y el cuidado de los suyos, amén de practicar frecuentes ayunos. En la formación espiritual de Mohandas, que sentía un ilimitado amor por sus padres, concurrieron, además de la adoración a la diosa Visnú que profesaba la familia, una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán y el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía: los jainistas practicaban la no violencia no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento.
Gandhi fue un adolescente silencioso, retraído y nada brillante en los estudios, que pasó sin llamar la atención por las escuelas de Rajkot. A los trece años, siguiendo la costumbre hindú, lo casaron con una niña de su edad llamada Kasturba Makharji, con quien estaba prometido desde los seis años sin saberlo.
El mayor triunfo político del siglo XX
El 1 de enero de 1877, cuando Gandhi sólo tenía siete años, la reina Victoria de Inglaterra se hizo proclamar emperatriz de la India. El inmenso territorio, poblado por 300 millones de almas, se convirtió en la joya de la corona británica, orgullo de la capacidad civilizadora de la Gran Bretaña, capaz de mantener en paz al conjunto más abigarrado de razas, creencias religiosas, estamentos sociales y lenguas de la Tierra. Cincuenta años después, la generación de Gandhi, y posteriores, crecidas bajo la Pax Britannica, reclamaron el autogobierno para la India. De familias acomodadas e instruidas, la mayoría había experimentado la contradicción de la colonización.
Ciudadanos inferiores
Mientras en Londres, a donde iban a estudiar, se les consideraba como ciudadanos británicos, en su propio hogar las autoridades coloniales los trataban como a inferiores. El optimismo anticolonialista desatado par el presidente estadounidense Wilson y los bolcheviques rusos tras la Primera Guerra Mundial les hizo albergar nuevas esperanzas. Pero la Rowlat Act (1919), una ley que perseguía el nacionalismo indio y que produjo la matanza de Amritsar, donde las tropas inglesas dispararon a una multitud inerme, les defraudó definitivamente.
Estudió Derecho en la University College de Londres. Regresó a la India después de lograr su licenciatura para ejercer la abogacía en la India. Una factoría comercial musulmana le ofreció un contrato para atender un caso de la empresa en la ciudad sudafricana de Durban, y Gandhi no dejó pasar la oportunidad: en 1893 embarcó hacia Sudáfrica.
Traumatizado por el racismo en Sudáfrica
Gandhi siempre contaba que "la experiencia más decisiva de su vida" la que le llevó a ser un líder político de primera magnitud y un defensor acérrimo de la igualdad y la fraternidad humanas, se produjo en Sudáfrica, mientras viajaba en un tren de Durban a Pretoria. Hacia la mitad del recorrido, un hombre blanco irrumpió en su departamento y le ordenó que se fuera al vagón de equipajes, que era el lugar reservado para los "negros". Gandhi, que llevaba billete de primera, se negó. El hombre llamó a un policía y Gandhi fue expulsado del tren en plena noche. A partir de entonces el líder indio decidió luchar contra cualquier forma de racismo y colonialismo con las armas de la no violencia.
"Ir a prisión es un honor cuando el gobierno del país es injusto"
Los fines a los que Gandhi dedicó la vida fueron combatir las injusticias a las que el gobierno y los súbditos británicos en la India sometían a la población nativa y conseguir la independencia económica y política de su país, pero también luchar contra la discriminación que sufrían los indios emigrados a Sudáfrica. Fue precisamente allí, en 1893, cuando intentaba ganarse la vida como abogado tras titularse en Inglaterra, donde se concienció de las injusticias que sufría su pueblo y donde desarrolló los argumentos teóricos y los mecanismos prácticos para combatirlas.
Se enfrentó al colegio de abogados por no permitirle asociarse por razones de raza -lo que le dio cierta popularidad-, organizó la quema de documentos de identidad, que eran obligatorios sólo para los indios, y lideró una marcha pacífica por la frontera del Transvaal, únicamente cerrada para los de su color.
Estas reivindicaciones le valieron la cárcel, hecho que asumió sin oponer resistencia y con valor, asegurando, como antes hiciera Thoreau, que era para él un honor estar en prisión cuando el gobierno del país era injusto. En su lucha por la independencia, Gandhi encabezó en la India boicoteos y movilizaciones pacíficas que también le granjearon la prisión, como "la marcha de la sal” en la que junto a 78 fieles anduvo durante 24 días, seguido por un número creciente de admiradores. El objetivo era agarrar sal del mar y reclamar el fin del impuesto sobre esta sustancia; también ayunó en Calcuta (1947) por el cese de las matanzas entre hindúes y musulmanes.
La india independiente
Fue entonces, mientras Europa experimentaba el auge de la violencia política de Mussolini y Hitler, cuando Gandhi sembró con sus campañas de desobediencia civil uno de los mayores triunfos políticos del siglo XX: la independencia pacífica de la India. El desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) sólo significó un paréntesis en ese designio. Agotada y presionada por Estados Unidos, Gran Bretaña confió en febrero de 1947 a Lord Mountbatten -biznieto de la reina Victoria, primo del rey Jorge VI y reputado jefe militar en el Sudeste Asiático durante la última guerra-, la negociación de la independencia con Gandhi, líder del Partido del Congreso Indio, y Jinnah, obstinado jefe de la Liga Musulmana. En sólo siete meses, la India recuperaría la libertad perdida tres siglos atrás.
La otra cara del triunfo
Paradójicamente, el renacimiento del nacionalismo indio también revitalizó el de la importante minoría musulmana. La creación simultánea del estado de Pakistán satisfizo las demandas de este colectivo a costa de la escisión de la India y anunció los futuros conflictos.
Calificó la partición de la india de "tragedia espiritual"
La independencia de la India, después de más de tres siglos de colonización inglesa, trajo consigo la escisión de su territorio. Todavía bajo la tutela británica y con la intención de evitar una guerra civil y religiosa entre hindúes y musulmanes, el Partido del Congreso Indio -de mayoría hindú- y la Liga Musulmana aprobaron el 2 de junio de 1947 la polémica partición del subcontinente indio en dos nuevos estados: la Unión India, cuya población era predominantemente hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana.
El 15 de agosto de 1947, la India, lograba su independencia. A la vez nacía Pakistán, dividido en dos territorios, uno al este y el otro al oeste de la India. El inflexible líder de la Liga Musulmana, Muhammad Ali Jinnah (1876-1948) logró así su objetivo: un país, Pakistán, que protegería a los musulmanes indios, parias convertidos al islam desde el siglo VIII, de los abusos del sistema de castas. "los hindúes me impiden matar las vacas que yo quiero comer. Cada vez que un hindú me estrecha la mano debe correr a purificarse. lo único que los musulmanes comparten con los hindúes es su esclavitud bajo el yugo británico", solía decir.
Pese a todo, la división del territorio produjo emigraciones masivas forzadas y crueles matanzas entre los seguidores de ambas religiones. Para Mahatma Gandhi, que había calificado el acuerdo de "tragedia espiritual” la partición suponía el fracaso de sus 32 años de lucha pacífica en busca de la independencia y la conciliación entre las dos principales religiones de la India. Como ya hiciera antes en Calcuta, el Mahatma inició el 13 de enero del 1948 en Nueva Delhi un ayuno que sólo interrumpiría si volvía la paz entre las dos comunidades. "Antes que presenciar indefenso la destrucción de la India, la muerte sería para mí una liberación”, aseguró.
El 18 de enero, una comisión religiosa aseguró que se respetaría a los musulmanes y Gandhi abandonó su ayuno. Dos días después, los extremistas hindúes fallaron en su intención de asesinarlo con una bomba. En el segundo intento, el día 30, lograron, finalmente, su propósito. El 30 de enero de 1948, cuando Mahatma Gandhi se dirigía a la multitud en Nueva Delhi, el extremista hindú Nathuram V. Godse se le acercó y aprovechando la confusión le disparó tres tiros. Gandhi murmuró "Hei, Rama" (¡Oh, Dios!) y expiró. Hacía seis meses que la India había obtenido la independencia.
Una guerra civil dividió en 1971 a Pakistán
En 1971, veinticuatro años después de su creación, Pakistán se escindía en una guerra civil. El Pakistán Oriental se transformaba en el estado soberano de Bangladesh. Tal como muchos habían predicho en 1947, el conflicto era inevitable. Separados por 1.700 kilómetros de distancia, los musulmanes del Oeste y del Este eran racial y culturalmente diferentes: los primeros eran arios y hablaban urdu; los segundos tenían la tez oscura y su idioma era el bengalí.
El "sermón de la montaña" de Jesús inspiró sus ideales de la no violencia
Curiosamente fue en Londres, en su época de estudiante de Derecho, donde Gandhi hizo las lecturas que le ayudaron a fijar los principios básicos de su pensamiento. Así, el que sería el padre de la independencia india aprendió, en plena capital del imperio británico, las enseñanzas del Bahagavad Gita -que forma parte del Mahabharata, el libro sagrado de los hindúes- y la Biblia, de la que le llamó la atención el Nuevo Testamento y, especialmente, el "Sermón de la montaña” en el que Jesús enseña que hay que poner la otra mejilla al ser abofeteado. Durante su estancia en Sudáfrica (1893-1914) también le impresionaron El reino de Dios está en nosotros, del ruso León Tolstoi (1828-1910) -con quién más tarde mantuvo una intensa correspondencia-, Desobediencia civil, del librepensador estadounidense Henry David Thoreau (1817-1862), y Unto this last, tratado de política económica del sociólogo británico John Ruskin (1819-1900) que defiende el valor moral del trabajo manual. En sus viajes por la India, el equipaje de Gandhi siempre contenía, además, el Corán.
Impregnó su práctica política de profundos principios morales
Gandhi se consideraba un idealista práctico. Pretendía realizar todas sus teorías, como hizo con la desobediencia no violenta, en las granjas o colonias en las que vivía, según sus principios de simplicidad y espiritualidad, sus dietas vegetarianas y sus métodos curativos. Si Gandhi se metió en política fue porque creía que la religión era el fundamento de todo y quería aplicar sus principios morales a todos los aspectos de la vida. De ahí que fuera tan radical en la defensa de la no violencia, como demuestra su frase "Mi servicio nacional es parte de mi entrenamiento para liberar mi alma de la esclavitud del cuerpo".
Su ideario debió estar influido por el contexto social y familiar en el que se desarrolló y por el carácter terriblemente tímido que tuvo en la infancia. El mismo Gandhi cuenta que su madre fue una mujer piadosa que ayunaba con frecuencia. Su familia, que adoraba a Visnú, la manifestación más amorosa del dios Krishna, tenía además relaciones con los jainístas, una secta que predicaba la compasión hacia todas las criaturas vivas y contraria a cualquier forma de violencia.
Pese al fracaso en algunos de sus objetivos políticos y religiosos, Gandhi se convirtió por derecho propio en uno de los personajes de mayor relieve histórico del siglo XX. Su ejemplo inspiró a luchadores por las libertades tan reconocidos como Martin Luther King y Nelson Mandela; asimismo, la mayoría de sus ideas y prácticas, consideradas excéntricas en su época, siguen siendo estudiadas y utilizadas en todo el mundo por los grupos ecologistas y las organizaciones antiglobalización.
Pidió que fuera abolida la casta maldita de los intocables
Gandhi hizo todo lo posible porque se eliminase la casta de los intocables, la más baja del escalafón social indio, a cuyos integrantes llamaba Harijans o hijos de Dios en vez de parias. Incluso estuvo a punto de morir por culpa de una huelga de hambre en 1932, en protesta por la cruel situación en la que vivían. Pero sólo logró unir temporalmente a las castas en la lucha por la independencia de la India. Gandhi sostuvo que era una ofensa al hinduismo tratar con tanto desprecio a cualquier persona, y que ellos no podían reclamar un mejor trato de los británicos si cometían injusticias similares con sus conciudadanos. Otra de sus causas malogradas, derivada de la anterior y a la que se dedicó plenamente, fue la reconciliación entre hindúes y musulmanes, antes y después de la independencia. Pero tropezó aquí con la intransigencia de los dos bandos.
La satyagraha, el credo de la no violencia
Las nueve pautas
Gandhi escribió en su diario Young India las reglas que debían seguir los satyagrahi -defensores de la verdad y la no violencia- en su actividad política. Literalmente, dijo:
1. Un satyaqrahi, es decir, un resistente civil, no sentirá rabia.
2. Sufrirá la rabia de su oponente.
3. Haciéndolo, soportará los asaltos de su oponente, nunca retrocederá; pero no se someterá, por miedo al castigo o algo parecido, a ninguna orden expresada con rabia.
4· Cuando cualquier persona con autoridad intente arrestar a un resistente civil, él se prestará voluntariamente al arresto, y no se resistirá a la sustracción de sus propiedades cuando las autoridades quieran confiscárselas.
5· Si un resistente civil tiene alguna propiedad en su posesión como fideicomisario, rehusará entregarla, aunque al defenderla pueda perder su vida. En ningún caso tomará represalias.
6. No tornar represalias incluye insultar y maldecir.
7. Por tanto, un resistente civil nunca insultará a su oponente, y por tanto no tomará parte en ninguno de los insultos de nuevo cuño que son contrarios al espíritu de Ahimsa.
8. Un resistente civil no saludará la bandera del Reino Unido, ni la insultará, a ella o a los oficiales, ingleses o indios.
9· En el curso de la lucha, si alguien insulta o asalta a un oficial, el resistente civil deberá proteger a dicho oficial u oficiales del insulto o del ataque incluso con su vida.
El pacifismo como arma
El nombre de Gandhi quedó asociado eternamente a la doctrina de la no violencia para conseguir el progreso político y social. Lejos de morir en las guerras de nunca acabar, su idea de la resistencia pacífica, que lo hizo entrar en la historia como padre de la independencia india, cobró valor de mito con el paso del tiempo en un mundo armado de belicismo hasta los dientes. Aunque el ministro Jawaharlal Nehru, primer ministro en el primer gobierno de la India independiente, bajó del nirvana al Mahatma y a la coerción de su fuerza moral -tachándola de cien veces más terrible que la violencia física-, la India, de larga tradición guerrera, ganó la fama de no violenta por la gracia de Gandhi.
Incluso algunas almas desencantadas del mundo occidental peregrinaron a las tierras del Ganges en busca del gurú que les vendiera la paz soñada a cualquier precio. Las flores hippies de los años 60 del siglo XX llegaron a tapar bocas de los fusiles antes de marchitarse en los campos de la moda. Entre las luces y las sombras del mito universal de la resistencia pacífica, tampoco faltaron psicólogos que profundizaron en las pasiones humanas hasta encontrar que la no violencia despierta la violencia.
Los arsenales de la paz
Lejos de aceptar el ejercito y el rearme como males menores, el movimiento pacifista se echó a la calle de forma espontánea a la búsqueda de una paz permanente y mundial. La objeción de conciencia y la huelga de hambre entraron a formar parte del arsenal de tácticas no violentas de los orillados por el poder. Gandhi murió asesinado. Veintiséis años después, India ingresó al club de los países con bomba atómica. El pacifismo y la agresividad siguen dando guerra.
MITOS Y SECRETOS
Menudas condiciones
Gandhi tenía 19 años y deseaba estudiar Derecho en Inglaterra. Para lograr el permiso materno, tuvo que jurar que no tocaría la carne, el vino y las mujeres. El joven cumplió los dos primeros propósitos; del tercero, sólo sabemos que su voto de castidad llegó en 1906 -18 años después-.
Tormento continuo
Su obsesión con la lujuria partió de un hecho muy desafortunado: estaba cohabitando con su esposa cuando un mensajero llamó a su puerta y le informó de la muerte de su padre. Durante sus 42 años de rigurosa castidad, Gandhi se culpó por haber soñado con una mujer: no dudó en llamarlo "el momento más oscuro de mi vida".
Pecado y autocontrol
Gandhi luchó durante años contra la lujuria. Consideraba este pecado su mayor falta y lo atribuía a que se casó demasiado joven. Aunque tuvo descendencia con su esposa, Kasturba, Gandhi mantuvo desde los 37 años una total abstinencia sexual, hasta el fin de sus días. Una vez, demostró su autocontrol de forma insólita a los ojos occidentales: durmió desnudo con sus sobrinas y nietas y se mantuvo impertérrito mientras daban masajes a su cuerpo.
El dilema vegetariano
Gandhi residía en Inglaterra cuando murió su madre. Afectado por ello, hizo del vegetarianismo una conexión permanente con ella y su memoria. Como los británicos comían carne, los nacionalistas hindúes sostuvieron que el vegetarianismo era un hábito nocivo para la India. Gandhi no quiso secundarles, ya que seguía la doctrina Ahimsa, una de cuyas máximas es "no tener hostilidad hacia ningún ser vivo". No obstante, se cree que Gandhi, siendo niño, comió alguna vez carne a escondidas.
El amigo carnívoro
Sheik Mehtab, amigo de la infancia de Gandhi, le dijo en cierta ocasión: "Somos un pueblo débil porque no comemos carne. Los ingleses nos gobiernan porque son carnívoros. Ya sabes lo fuerte y buen corredor que soy. Es debido a que como carne. Los carnívoros no tienen forúnculos ni tumores, y si alguna vez llegan a tenerlos, se curan rápidamente. Nuestros profesores y otras personas distinguidas que comen carne no están locos. Conocen sus virtudes. Prueba y observa la fuerza que da". Mehtab sostenía que comer carne curaría a Gandhi incluso de su miedo cerval a la oscuridad.
No todos son amigos
El entonces primer Ministro de Inglaterra, Winston Churchill, no simpatizaba con Gandhi, y menos con sus ideas. En cierta ocasión, llegó a descalificarle como "ese pequeño faquir desnudo”.
Preso político
Fue encarcelado varias veces por su activismo; la primera en 1896 cuando convenció a un grupo de inmigrantes de hacer la quema pública de un documento de identificación otorgado por los ingleses.El Mahatma pasó más de seis años de su existencia en las cárceles inglesas. Exactamente, 2.338 días, 249 en África del Sur y 2.089 en la India.
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