Economía en el Nuevo Reino de Granada
Economía, América, siglo XVI
La acumulación de oro y metales preciosos medía la riqueza de los imperios en el siglo XVI. De ahí la importancia de la minería en las colonias americanas, la cual, junto con la producción agrícola y el comercio, constituyó uno de los ejes esenciales de la economía.
La Encomienda
Creada en el siglo XVI, consistía en un grupo de indígenas entregado a un encomendero que debía defenderlos, construirles un templo, evangelizarlos con un cura doctrinero, repartirles solares y construir casas para ellos. A cambio, los nativos debían pagar un tributo trabajando para el servicio personal del encomendero. En 1549 se abolió el servicio personal y se estableció el tributo en dinero, oro, mantas, maíz y frutos. Este tributo se llamó “demora” y debía ser pagado dos veces en el año: en el día de San Juan y en la Navidad.
Las primeras encomiendas se organizaron en la Gobernación de Santa Marta cuando el gobernador García de Lerma dio los primeros repartimientos de indios a cada capitán y soldado, conforme lo merecía. Hacia 1560 existían en Santa Marta 73 encomiendas con 2.400 indios encomendados. En Cartagena de Indias apareció la encomienda en 1540 cuando se hicieron los repartimientos en Mompós, Cartagena y Tolú. En los diez primeros años se repartieron 102 encomiendas, con 7.500 tributarios indígenas hacia 1560.
El conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada repartió a sus capitanes las encomiendas entre las tribus indígenas de las tierras de los chibchas: Antonio Olaya recibió el repartimiento de Bogotá, con 1.000 indios; Hernán Vanegas recibió el de Guatavita, con 2.000; Andrés Molina el de Chocontá y Juan de Céspedes los repartimientos de Ubaque, Cáqueza y Subachoque, con más de 1.500 indígenas. La encomienda de Icabuco fue asignada a Gonzalo Suárez Rendón, con 3.000 indígenas tributarios. Gómez de Cifuentes recibió el repartimiento de Paipa, con 700 indígenas y Jiménez de Quesada se quedó con la encomienda de Chita, que tenía 2.000.
En Popayán el conquistador Sebastián de Belalcázar repartió las primeras encomiendas. El mariscal Jorge Robledo recibió la encomienda de los indios del Valle de Apia. Hacia 1559 existían 124 encomiendas, con una población tributaria de 44.181 indígenas.
La Rebelión de los Encomenderos
Los encomenderos lucharon por la perpetuidad y sucesión de las encomiendas de padres a hijos, en 1536 se instituyó que el título de las encomiendas debía durar dos vidas: la del titular y la de su primer heredero. Al morir este, volverían a la corona española. Pero en 1542 la corona aprobó las "Leyes Nuevas" que prescribieron la extinción definitiva de las encomiendas a la muerte de sus titulares. Como era de esperarse, los encomenderos protestaron ante los visitadores Miguel Díaz de Armendáriz y Fray Tomás de San Martín. Finalmente, la corona revocó estas leyes y prorrogo las encomiendas hasta una tercera y cuarta vida.
Los problemas entre los visitadores y los encomenderos fueron frecuentes en el siglo XVI. El visitador Juan Montaño, por ejemplo, condenó a muerte al encomendero Pedro de Salcedo por los crímenes que cometió contra los indígenas. Los encomenderos de la Sabana y de Tunja se tomaron Santafé y pidieron a Gonzalo Jiménez de Quesada que se rebelara contra el rey de España, como lo había hecho Francisco Pizarro en el Perú. Además, demandaron que Montaño fuera colgado de un árbol, pero Quesada no acató esta petición. Cuando se estableció que el trabajo del indígena debía ser reconocido con un salario fijado por las autoridades españolas, los encomenderos se amotinaron en Santafé y se enfrentaron al presidente Andrés Díaz Venero de Leiva.
La mita
La falta de mano de obra para el trabajo en las haciendas, minas y obrajes, a causa de la disminución de la población indígena, se convirtió en un problema para los dominadores europeos. Por esta razón, la corona institucionalizó la mita, mediante la cual se obligaba a un grupo, clan o tribu indígena a realizar un trabajo por un tiempo determinado a cambio de una remuneración.
Tipos de mita:
- La mita agraria, o “concierto agrario”, requería indígenas para el trabajo del campo en las haciendas durante tres o cuatro meses.
- La mita minera, exigía a un grupo de nativos para laborar en las minas durante diez meses.
- La mita de los obrajes, se realizaba en las incipientes fábricas de tejidos y paños, ubicadas en las áreas de mayor concentración indígena: Tunja, Duitama y Socorro. Estos obrajes fueron el origen de los gremios de tejedores, sastres, zapateros y carpinteros. A su alrededor surgieron las cofradías, que eran asociaciones con fines benéficos y religiosos.
- La mita para las obras públicas, se instituyó para el levantamiento de ciudades, la construcción de puentes y la apertura y reparación de caminos. La designación de los indígenas de cada localidad que habían de prestar este servicio se hacía mediante sorteo, con la intervención de sus respectivos caciques.
También se instituyó la mita en el servicio doméstico, para la boga en el río Magdalena y para el transporte y acarreo de productos agrícolas (como el trigo, la cebada y el maíz), de mercancías para el comercio interno e, inclusive, de leña y hierba. Un indio leñatero debía contribuir con el acarreo de 24 cargas de leña al mes.
La propiedad de la tierra
Gracias a las capitulaciones, los conquistadores se adueñaron de las tierras de los indígenas. Ellas permitieron a los adelantados, capitanes generales o gobernadores adjudicar tierras a los colonos a condición de residir en ellas y trabajarlas por espacio de cuatro años. Inicialmente la propiedad de la tierra en las colonias americanas fue considerada una regalía de la corona castellana. El dominio sobre ella derivaba de la gracia o merced del Rey y era un premio por el valor personal en la colonización. A los conquistadores de mayor prestigio se les dieron las caballerías, tierras que tenían un promedio de 6 a 43 hectáreas; a los soldados rasos de la hueste conquistadora se les dieron las peonías, y a los primeros pobladores de las ciudades los solares, para fijar sus residencias. Generalmente eran cuatro solares por una manzana, unidos entre sí por puertas interiores.
A un español del siglo XVI no le interesaba tener muchas tierras para vender, pero si para su propia comodidad. Lo más importante era tener indígenas en las encomiendas para obtener tributos y servicios personales.
La fase latifundista
A finales del siglo XVI el sistema de las encomiendas empezó a decaer. Esto, sumado al decrecimiento de la población indígena, hizo que los españoles se interesaran en la adquisición de latifundios y haciendas. Fue así como, en el siglo XVII, no se determinó la riqueza por la cantidad de indígenas encomendados que se tuviese sino por la cantidad de tierras que se poseía legalmente.
Las ventas de tierras y los títulos de propiedad de las haciendas aparecen por primera vez en la reforma agraria de 1591. Mediante Real Cédula se crearon los primeros instrumentos legales de la propiedad, a la usanza europea, surgió un nuevo título para la obtención del dominio privado de las tierras baldías o realengas y se ordenó delimitar "tierras de resguardo" (lotes de terreno para beneficio de tribus o grupos indígenas, que pasaron a ser de su propiedad). El resto de los terrenos no ocupados fueron considerados baldíos, igualmente susceptibles de ser vendidos.
Las haciendas coloniales
El siglo XVII es llamado el siglo rural por la vigencia de las grandes haciendas y la consolidación de la propiedad de la tierra en el Nuevo Reino de Granada. Esta estructura agraria latifundista ha perdurado, incluso, hasta el siglo XXI. Las haciendas se formaban en medio de grandes extensiones de tierra. Sus dueños, los hacendados, conformaban la aristocracia terrateniente y a su alrededor estaban los mayordomos, capataces, peones, indios mitayos y negros esclavos que hacían los trabajos agrícolas y el servicio doméstico.
Los tipos de haciendas: La mayor parte de las grandes haciendas se localizó en la Gobernación de Popayán, la sabana de Bogotá, la Provincia de Tunja, Antioquia y la costa Atlántica. Existieron varios tipos de ellas:
- La hacienda de autoconsumo, que fue la más generalizada, estaba destinada a la producción para el sustento de los hacendados, sus familias y peones.
- La hacienda lucrativa o empresarial, destinada a la producción de un cultivo o a la ganadería. De este tipo fueron las grandes haciendas para el cultivo de la caña de azúcar en el Valle del Cauca o del trigo en la provincia de Tunja. En algunos casos, su estructura era semejante a la de las plantaciones de caña de azúcar y tabaco en las Antillas y Brasil.
- La hacienda ociosa, sin producción y con grandes extensiones de tierra virgen fue la más generalizada en la costa Atlántica.
- La hacienda eclesiástica, que correspondía a los bienes inmuebles que la Iglesia adquirió por capellanías, censos, legados o compra directa. Una capellanía era una fundación mediante la cual ciertos bienes quedaban sujetos al cumplimiento de misas y de otras cargas pías. La propiedad eclesiástica se fortaleció también alrededor de los conventos en las áreas rurales. Este fue el caso del convento de los dominicos, en Santo Ecce Homo, cerca de Villa de Leiva, el convento de los agustinos en el desierto de La Candelaria, en Ráquira, y las misiones jesuitas en Casanare hasta 1767, cuando fueron expulsados.
El resguardo
Para la protección de los indígenas, la corona española creó y reglamentó los resguardos en los pueblos de indios o reducciones. Estas eran tierras asignadas a un pueblo o reducto de indígenas, consideradas de propiedad comunal y carácter inalienable.
Un resguardo se dividía en tres partes: la primera se adjudicaba en parcelas a distintas familias de indígenas, que las cultivaban según sus necesidades. Allí tenían su choza para vivir con su familia y su labranza para pagar su sustento y el tributo a la corona española. Una segunda parte se destinaba a la labranza de comunidad, trabajada en común por los indígenas de distintas parcialidades de un pueblo. Su producto se destinaba a las cajas o bienes de comunidad, que servían para el sostenimiento de los hospitales o el mantenimiento de huérfanos, viudas y pobres. La tercera parte del resguardo se destinaba a los ejidos o terrenos comunes de pastos para la cría de ganado bovino, ovino, caprino, porcino y de gallinas. En algunos, los indígenas reservaban tierras para arrendamientos a españoles o mestizos que las utilizaban para sus cultivos agrícolas, la ganadería o la construcción de molinos.
Alrededor de los resguardos, cuya asignación estuvo a cargo de los oidores y visitadores de la Real Audiencia, se consolidaron los "pueblos de indios" o "reducciones". Su autoridad estaba concentrada en los cabildos de indios. Allí había una iglesia con su cura doctrinero.
La minería
El Nuevo Reino de Granada se distinguió por la producción de oro. Las primeras minas se encontraron en la región de Caloto en el Alto Cauca, en 1536. En Antioquia, las minas de Buriticá fueron descubiertas en 1538, las de Santafé de Antioquia en 1546, y, posteriormente, las de Pamplona. Inicialmente, el trabajo en las minas lo hicieron los indígenas a través de la mita minera pero a fines del XVI fueron los negros procedentes de África quienes laboraron allí.
La mita indígena de Potosí, grabado de Theodoro de Bry, impreso en Frankfurt, 1602.
En el primer ciclo del oro la producción minera se intensificó en las minas de Buriticá, Cáceres, Zaragoza, Santiago de Arma y en los aluviones del Bajo Nechí en la región de Antioquia. En la Gobernación de Popayán se distinguieron las minas de Caloto, Almaguer, Cartago, Supía y Quiebralomo (Riosucio). En Pamplona fueron importantes las minas y la producción de aluvión en el Río de Oro. En Mariquita se explotaron las minas de plata. Las principales fuentes de abastecimiento de recursos para estas minas fueron las provincias de Tunja, Santafé, Popayán, Antioquia y Pamplona.
Los expertos han calculado una producción anual de 65.000 onzas de oro en el siglo XVI, que ascendió a 113.000 onzas como promedio anual, en el siglo XVII, y a 150.000 onzas en el XVIII. Así, el Nuevo Reino de Granada llegó a producir el 40% del oro mundial en el XVII. La voluminosa y constante exportación de metales preciosos de las colonias precipitó la revolución de precios en Europa, convirtiendo a la metrópoli española, que contaba en ese entonces con una incipiente industria, en intermediaria de oro ante el resto de los países europeos. El aumento de medio circulante originó en España una inflación (demasiado medio circulante y escasa producción) y llevó a la metrópoli a la decadencia económica.
El comercio colonial
Se caracterizó por el monopolio. España cerró las fronteras de sus colonias, les prohibió el intercambio con las potencias europeas y fomentó una economía aislada. A través de la Casa de Contratación de Sevilla el Nuevo Reino de Granada enviaba oro a España e importaba bienes de consumo como paños, telas, vinos, aceites, quincallería, loza, hierro, acero, azogue, aguardiente y harinas. A su vez, las mercancías de Inglaterra, Francia y Holanda —naciones en acelerado proceso de industrialización- se adueñaron del mercado peninsular para ser reembarcadas luego con destino a las colonias españolas de América. Este monopolio comercial trajo un grave perjuicio para la incipiente industria española que no estaba en capacidad de resistir la afluencia de manufacturas de otras naciones europeas.
A nivel interno, la zona del oriente en el Nuevo Reino de Granada comerciaba con textiles, harina, azúcar, cacao, tabaco, carne, sal y otros. Los textiles eran producidos en la provincia de Tunja, en Pasto y en Quito. El comercio del Nuevo Reino tenía una relación directa con la prosperidad de las minas; cuando estas decayeron en el siglo XVIII vino la incertidumbre económica.
La moneda para las transacciones comerciales: Inicialmente se utilizó el maravedí castellano. A mediados del XVI se extendió el uso del peso de oro, equivalente a 450 maravedíes. También existieron el escudo de oro, el real de plata, el castellano y la macuquina (moneda de plata). En Santafé y Popayán se establecieron las “Casas de la Moneda”.
Últimos Articulos
- Los Illuminati
- Los Estados de la Europa del este
- El pensamiento ilustrado
- La decadencia del Antiguo Régimen
- Taller de Sociales: Influencia de Estados Unidos en América Latina
- Influencia de Estados Unidos en América Latina
- Economía de América Latina comenzando el siglo XX
- El clasicismo en Inglaterra
- Latinoamérica a comienzos del siglo XX
- Mapa Cultura Maya: Zonas arqueológicas
- 2 de diciembre de 1982: Primera implantación de un corazón artificial
- 2 de diciembre de 1954: Moción de censura al senador McCarthy
- 2 de diciembre de 1908: Un niño en el trono de China
- Conocimiento del territorio colombiano a principios del siglo XIX
- Guía: Derechos ambientales
Notas de interés
- Los Illuminati
- Los Estados de la Europa del este
- El pensamiento ilustrado
- La decadencia del Antiguo Régimen
- Taller de Sociales: Influencia de Estados Unidos en América Latina
- Influencia de Estados Unidos en América Latina
- Economía de América Latina comenzando el siglo XX
- El clasicismo en Inglaterra
- Latinoamérica a comienzos del siglo XX
- Mapa Cultura Maya: Zonas arqueológicas
- 2 de diciembre de 1982: Primera implantación de un corazón artificial
- 2 de diciembre de 1954: Moción de censura al senador McCarthy
- 2 de diciembre de 1908: Un niño en el trono de China
- Conocimiento del territorio colombiano a principios del siglo XIX
- Guía: Derechos ambientales
- 1 de diciembre de 1959: Firma del Tratado Antártico
- Guía: El Perdón
- 18 de noviembre de 1978: Suicidio colectivo en Guyana
- Rock Al Parque 2024: Programación
- Guía: Filosofía. El hombre
Historia de Colombia
- Primera República: Una Patria Boba
- Bogotá
- Bogotá, Distrito Capital
- Conocimiento del territorio colombiano a principios del siglo XIX
- Costumbres neogranadinas del siglo XVIII
- Cultura musical en Colombia: Nuevo Reino de Granada (1564-1739)
- Cultura musical en Colombia: Periodo Conquista
- Cultura musical en Colombia: Periodo prehispánico
- Cultura musical en Colombia: Primera mitad del siglo XX
- Cultura musical en Colombia: Segunda mitad del siglo XX
- Cultura musical en Colombia: Siglo XIX
- Cultura musical en Colombia: Virreinato de la Nueva Granada (1739-1810)
- Culturas negras en Colombia: Música, cantos y ritos
- Culturas negras en Colombia: Raíces, bailes y carnavales
- Demografía del Nuevo Reino de Granada
- Departamento Valle del Cauca
- Economía en el Nuevo Reino de Granada
- Economía en el siglo XIX en Colombia
- Economía y sociedad en Colombia: Primera mitad del siglo XX
- El cine en Colombia: Años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX
- El cine en Colombia: Años ochenta del siglo XX
- El cine en Colombia: Años treinta y cuarenta del siglo XX
- El cine en Colombia: Filmaciones literarias y cine mudo en los años veinte del siglo XX
- El cine en Colombia: Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano
- El cine en Colombia: Inicios y pioneros
- El Estado de la Nueva Granada
- El federalismo en Colombia
- El folklore de Colombia: 1. Cundinamarca, Boyacá y Santanderes
- El folklore de Colombia: 2. El llano y la selva
- El folklore de Colombia: 3. Chocó y Antioquia
- El folklore de Colombia: 4. El suroccidente
- El folklore de Colombia: 5. La costa atlántica
- El Frente Nacional
- El movimiento teatral en la Colonia
- El nombre de Colombia
- El primer reformismo liberal: 1845-1849
- El Quinquenio de Reyes y la hegemonía conservadora en Colombia
- El radioperiodismo en Colombia
- El teatro en Colombia: Siglo XIX
- Expedición Botánica: Ciencia e Ilustración
- Fundación de las primeras ciudades en Colombia
- Guerras civiles en Colombia: Siglo XIX
- Imprenta, Educación y Periodismo: Cimientos de la Independencia
- Insurrección comunera de 1781
- La fotografía en Colombia: Siglo XIX
- La fotografía en Colombia: Siglo XX
- La Gran Colombia
- La Guerra de los Mil días
- La radio en Colombia: Antecedentes y pioneros
- La radio en Colombia: Inicios del siglo XXI
- La radio en Colombia: Primera mitad del siglo XX
- La radio en Colombia: Segunda mitad del siglo XX
- La Regeneración
- La República liberal en Colombia: 1930-1946
- La televisión en Colombia después de 1991
- La televisión en Colombia: Inicio y desarrollo
- Las sociedades orfebres prehispánicas
- Las telenovelas en Colombia
- Libertad de cultos en Colombia
- Mentalidades y costumbres en el siglo XIX en Colombia
- Patrimonio cultural inmaterial de Colombia
- Periodismo en el siglo XX en Colombia
- Plan de Ordenamiento Territorial en Colombia
- Presidentes del Nuevo Reino de Granada (1564-1719)
- Primeros vestigios humanos en Colombia
- Reformas liberales de mitad del siglo XIX
- Resistencia indígena en la Colonia
- Revolución de Independencia en Colombia
- Sociedad del Nuevo Reino de Granada
- Toma del Palacio de Justicia
- Tragedia de Armero "Lo que el lodo se llevó"
- Valle del Cauca
- Virreyes ilustrados del Nuevo Reino de Granada