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Origen de la filosofía

Inmersos en nuestra cotidianidad y en la necesidad de atender los asuntos urgentes -las responsabilidades, los deberes, el trabajo, la supervivencia- , rara vez tenemos la oportunidad de plantearnos las preguntas de las que se ocupa la filosofía. Sin embargo, la filosofía ronda nuestra vida como un espíritu tute­lar; sin previo aviso se nos revela envuelta en una especie de hálito mágico y nos saca de la monotonía de la vida práctica.

Así entendieron la filosofía algunos autores clásicos, como Boecio, quienes la imaginaron como una hermosa mujer que se ocultaba detrás del velo de los asuntos cotidianos, detrás de lo obvio, de lo evi­dente, algo así como una sombra que invitaba a dudar de lo estable­cido, de las convenciones de cualquier índole que se admiten como claras e incontestables.

Boecio y la filosofía
"Boecio y Filosofía" de Mattia Preti, Siglo XVII.

Boecio, quien vivió entre el 430 y el 524, creía que detrás de las cosas aparentes era posible entrever la presencia de esta mujer hermosa, que brillaba a pesar de encontrarse descuidada y deslucida por culpa de los hombres, quienes no se ocupaban debidamente de ella. Y juz­gaba urgente la tarea de dedicársele para componer su apariencia y lucirla como se merecía. La manera de llevar a cabo esta compo­nenda, según Boecio, era precisamente que el hombre curioso se per­mitiera asombrarse del mundo.

El Asombro

Asombrarse significa dejar de ver sólo hasta los límites de nuestras necesidades y utilidades prácticas y levantar la mirada más allá de lo que todos los días se nos presenta como "normal" o "conocido". De esta manera sería posible descubrir que todo aquello que parece "obvio" en realidad no lo es. La costumbre de ver las cosas todos los días no nos permite ver lo maravilloso de esto: las cosas pasan. A este hecho los filósofos con­temporáneos lo llaman el sucederse de las cosas. 

Has visto todos los días el sol levantarse por el oriente, pero ¿te has puesto a pensar en lo asombroso de este acontecimiento? ¿Has pen­sado en lo que podría pasar si un día el sol permanece oculto? Pre­guntas como éstas nos permiten darnos cuenta de que el mundo está lleno de muchos misterios por resolver, y que para intentar revelar­los, necesitamos volver a ver el mundo como la primera vez, como cuando éramos niños pequeños y hasta las cosas más banales nos sor­prendían.

Todos los filósofos han comprendido que este asombro es el origen de la especulación filosófica. Así lo hicieron los primeros sabios griegos, al hacer de lado las razones míticas y tratar de comprender, con sólo su razón, cuál era el principio y el modo de la naturaleza. Así lo enten­dió Aristóteles cuando, al comienzo de su Metafísica, asoció el deseo de saber, natural en los hombres, con el asombro que produce reco­nocer que las cosas suceden; y así lo comprendieron algunos filósofos contemporáneos, como Husserl, quien nos pide a los que comenzamos a filosofar que nos olvidemos de todo lo que sabemos y que simple­mente, abramos los ojos al mundo que sucede a nuestro alrededor.

Observaciones astronómicas
La capacidad de asombro frente al mundo nos permite conocerlo nuevamente, redescubrirlo.

Del mito a la razón

En un comienzo los hombres explicaron los fenómenos de la natu­raleza atribuyéndolos a los dioses. Este tipo de explicaciones recibió el nombre de mitos. Posteriormente buscaron explicar estos mismos fenómenos de una forma más racional y satisfactoria. Así comenzó a surgir la filosofía. 

En la Antigüedad es imposible deslindar con claridad el terreno del mito, del terreno de la filosofía. Sin embargo, se puede decir que la filosofía surgió en Grecia, la India Egipto, de un grupo de hombres que se preocuparon por la búsqueda de explicaciones racionales a los fenómenos. Las respuestas que lograron les ayudaron a comprender la naturaleza ya restarle valor a los mitos, originando un proceso de desmitificación. Estos grupos comenzaron a buscar lo esencial, no ya en la causa externa a los fenómenos, sino en ellos mismos. 

La búsqueda del principio originario de los fenómenos de la natura­leza, fue el primer gran problema que abordaron los diversos auto­res griegos. Este principio fue denominado por algunos como el arjéA pesar de todo la desmitificación no fue completa, algunos de los pri­meros filósofos mantuvieron elementos de los mitos tradicionales.

Mitos modernos
Los mitos modernos. A sociedad capitalista nos conduce a la búsqueda del bienestar a través del consumo: "compra y serás feliz". La felicidad se iguala a la comodidad recibida por los electrodomésticos, la ropa, los vehículos adquiridos. Este es un ejemplo de los mitos, generados por un estilo económico de percibir el mundo, que en muchos casos no sólo es contradictorio, sino falso.

La influencia oriental en Grecia

Las creencias y el modo de pensar de los pueblos orientales influye­ron sobre el pensamiento griego. Por ejemplo, en la época de Aristóte­les se aceptaba comúnmente que las ciencias matemáticas provenían de Egipto y que la astronomía provenía de los maestros babilónicos. La influencia china e hindú también aparece en los mitos griegos, sobre todo en lo que tiene que ver con el origen y la constitución del mundo. 

La cultura griega se desarrolló desde el año 1300 a. de C. y fue con­formándose hasta llegar a su esplendor hacia el año 400 a. de C. Al unificarse con la cultura romana generó en Occidente un poderoso desarrollo intelectual a partir del cual se consolidó la economía, la política y la religión. La filosofía se convirtió así en la base del desa­rrollo cultural que guió al mundo en la época antigua y se reconoce en la historia como la época grecorromana. 

El nacimiento de la filosofía griega fue el fruto de muchas circuns­tancias: 

La ubicación geográfica: la filosofía griega se originó en las colo­nias portuarias de la costa asiática del mar Egeo, como Éfeso y Mileto.

El ambiente cultural: esta ubicación privilegiada favoreció un clima de intercambio no sólo comercial sino intelectual. Los pue­blos griegos pudieron familiarizarse con conocimientos de diversas culturas y cuestionarse su forma de ver el mundo. 

La organización social: la sociedad estaba organizada alrededor de la polis. Cada uno de los ciudadanos libres de la polis estaba en capacidad de ejercer sus derechos políticos y, en esta medida, las decisiones eran tomadas con la participación de todos los ciuda­danos.

Referencia:
Valero Castillo, C. A., Galindo Neira, L. E., Archila Ruiz, L. A. (2000). Filosofía 10. Editorial Santillana S.A.