contadores de paginas web

El pensamiento ilustrado

Durante el siglo XVIII, se desarrolló en Europa una corriente de pensamiento que se apoyaba en el dominio de la razón, para explicar su mundo natural, la sociedad y las ideas políticas. Este movimiento pretendía “iluminar al mundo con la luz de la razón”, y por ello recibió el nombre de Ilustración. El movimiento cultural de la Ilustración transformó la cultura europea de un modo tan profundo que aún hoy sigue siendo uno de los pilares no solo del pensamiento, sino de la política y la sociedad occidentales. Se desarrolló desde finales del siglo XVII y tuvo como principales escenarios Inglaterra y Francia, hasta diluirse con la convulsión de la Revolución de 1789.

Fue un intento colectivo de las mejores mentes de Europa por crear una sociedad basada en la razón y el conocimiento, frente al oscurantismo, la tiranía y la superstición que habían caracterizado la historia de los siglos XVI y XVII, ensangrentada por las matanzas de las guerras político-religiosas. Su aspiración de disipar el fanatismo explica que el XVIII sea conocido como el Siglo de las Luces. Examinó críticamente todos los conocimientos humanos: las artes y las ciencias, la filosofía la moral, la política y la historia. Se opuso a la teología irracionalista de la Iglesia y a los excesos opresivos de los poderosos. Si bien no hay que pensar que los ilustrados fueran demócratas avanzados del siglo XVIII, sus ideales de emancipación humana y de imperio de la razón por encima del fanatismo y la opresión fueron la semilla intelectual que fructificó en la Revolución francesa. Estos ideales también nutrieron la Declaración de Independencia (1776) y la Constitución (1787) de Estados Unidos.

La Ilustración se identifica sobre todo con Francia, donde surgieron los pensadores que proclamaron sus valores modernizadores: Denis Diderot, Jean le Rond d'Alembert, Montesquieu, Voltaire, Jean-Jacques Rousseau (suizo de nacimiento, pero francés por cultura). En Francia se realizó la mayor empresa colectiva de la cultura europea, la Enciclopedia, compendio de todos los saberes y máxima expresión del optimismo ilustrado: la convicción en el progreso científico y moral.

También hubo Ilustración en Gran Bretaña, donde apareció por vez primera ya en el siglo XVII. Señalaron el camino filósofos de la talla de John Locke, con sus escritos de teoría política que fundamentarían el Estado liberal, David Hume, crítico del conocimiento, y el economista Adam Smith, con su defensa de la libre empresa, la libre competencia y la ley de la oferta y la demanda.

La culminación del espíritu ilustrado se dio en el gran filósofo alemán Immanuel Kant, quien dejó escrito: "¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración".

Denis Diderot
Denis Diderot, filósofo francés y máximo impulsor de la Enciclopedia, fue una figura decisiva de la Ilustración.

El pensamiento ilustrado

Los filósofos y pensadores ilustrados tuvieron como principios básicos el uso de la razón como medio principal de acceder al conocimiento, un espíritu crítico que les permitía cuestionar las ideas e instituciones políticas, sociales y religiosas de su época, un renovado interés por el mundo natural y el descubrimiento de sus leyes, la fe en el progreso intelectual y científico que se podía alcanzar a través de la educación, y un afán de aplicar los descubrimientos y los aportes filosóficos a la realidad humana. Se preocuparon por difundir sus ideas, y por ello crearon espacios como las sociedades científicas, las academias, las tertulias en los salones y la prensa.

Teorías políticas de la Ilustración

Los pensadores ilustrados se apoyaron en el racionalismo de Descartes y en el ejemplo de las revoluciones burgueses inglesas del siglo XVII, para desarrollar nuevas teorías políticas.

Los tres pensadores más importantes fueron:

Montesquieu. En su obra El espíritu de las leyes, propuso un sistema de gobierno, la monarquía parlamentaria, en el cual el poder del Estado se dividía en tres poderes: el Legislativo, que dicta las leyes, el Ejecutivo, que las aplica, y el Judicial, que controla su cumplimiento.

Voltaire. En su obra Cartas filosóficas sobre los ingleses, propuso un régimen parlamentario que limitara el poder absoluto de los reyes. Fue un constante crítico del autoritarismo, y promovió los principios de la libertad religiosa y económica.

Rousseau. En su obra El contrato social, planteó que el poder y la soberanía residen en el pueblo, y que las sociedades se organizan por un contrato social entre los hombres, quienes delegan su poder en unas autoridades, para someterse libremente a las leyes que emanan de esa voluntad general.

Rousseau

El despotismo ilustrado

En la segunda mitad del siglo XVIII, algunos reyes absolutistas adoptaron las ideas ilustradas, dando origen al despotismo ilustrado. Estos monarcas, aunque promovieron algunas reformas sociales y económicas, siguieron la máxima de “Todo para el pueblo, por el pueblo, pero sin el pueblo”, es decir, se trataba de unas reformas que provenían desde el poder, sin contar con la opinión de los ciudadanos del Estado, y no aceptaron las exigencias de una mayor libertad en el sistema político absolutista.

Las políticas reformistas de los déspotas ilustrados fueron: en cuanto a la administración, fomentaron la centralización de las instituciones, así como la promoción de una burocracia más técnica; en la economía, debilitaron el intervencionismo de las corporaciones o gremios, al tiempo que impulsaron la colonización de nuevas tierras y las nuevas industrias; en la educación, crearon nuevas instituciones y las orientaron hacia las ciencias con aplicación en la producción; en la religión, buscaron ejercer un mayor control sobre la Iglesia, lo que produjo enfrentamientos con Roma, y dio origen a medidas como la expulsión de los jesuitas.

despotismo ilustrado
Voltaire, a la izquierda, en la corte de Federico II de Prusia. Fue este último quien pronunció la famosa frase «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo», cita que resume el despotismo ilustrado.

Los déspotas ilustrados

El despotismo ilustrado se desarrolló en los principales Estados europeos.El intento de impulsar el conocimiento caló incluso entre algunos de los principales mandatarios europeos, algunos de los monarcas más representativos de esta tendencia fueronel rey Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia, María Teresa y su hijo José II de Austria y Carlos III de Españaquienes apoyaron las ciencias y las artes, aunque desde luego no la democracia.

Prusia. El rey Federico II renovó el ejército y la administración, estableció la tolerancia religiosa y reorganizó la administración judicial. Entabló amistad con filósofos como Voltaire, y se encargó de fomentar la cultura y las artes.

Austria. En este vasto imperio de Europa central, la emperatriz María Teresa y su hijo José II limitaron el poder y los abusos de los nobles, abolieron la servidumbre personal y sometieron a la Iglesia católica al control del Estado.

Rusia. La emperatriz Catalina II liberó los bienes de la Iglesia y fomentó el desarrollo de nuevas industrias. Sin embargo, centralizó el poder y amplió sus dominios territoriales.

España. Bajo el gobierno de Carlos III, se aplicaron las denominadas Reformas Borbónicas, las cuales buscaron regular el comercio entre las colonias y la metrópoli, se promovieron las industrias de la Península y se les aseguró el monopolio de sus mercados coloniales; así mismo, se centralizó la administración de los territorios ultramarinos.

Referencias:
Caballero Escorcia, B. A., Cote Rodríguez, J. A., Cristancho Garrido, H. Ch., Fajardo Barragán, A. Maldonado Zamudio, C. A. y Prieto Ruiz, F. A. (2010). Hipertexto Sociales 8. Editorial Santillana S.A.
Emse Edapp, S.L. (2016). Edad Moderna II. Siglos XVIII y XIX. Bonalletra Alcompás.

Edad Moderna