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Europa siglo XVIII: Levantamientos Jacobitas

Debido a su condición de rey católico en un país de mayoría anglicana, Jacobo II (1633-1701) no había gozado nunca de las simpatías del pueblo británico. Tras la Revolución Gloriosa (1688) y la llegada al trono de Guillermo III, Jacobo II abandonó el país y se refugió en Francia, bajo la protección de Luis XIV.

Jacobo II
Rey Jacobo II de Inglaterra

La ambición de los Estuardo por recuperar el trono británico les llevó a apoyar numerosos levantamientos en las Islas. El primero de ellos no se hizo esperar: en 1689, un año después de su salida, Jacobo II apoyó un alzamiento en Irlanda con el respaldo militar de Luis XIV. También hubo rebeliones en Escocia, donde los jacobitas contaban con apoyos entre los habitantes del norte, los highlanders. Ambos focos fueron neutralizados por el ejército de Guillermo III, y Jacobo II regresó resignado a Francia, donde falleció.

Los equilibrios políticos y religiosos en Gran Bretaña configuraron una rocambolesca cadena de sucesiones que, en 1714, llevó al trono a Jorge I, de la Casa alemana de los Hannover. Escocia no aceptó la llegada de una dinastía extranjera al trono, lo que, sumado a conflictos anteriores con los ingleses, la convirtió en territorio propicio para la revuelta. El hijo de Jacobo II, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo (conocido también como el «Viejo Pretendiente») vio cómo se abría una nueva oportunidad para recuperar el trono y se autoproclamó Jacobo III de Inglaterra y VIII de Escocia, con el reconocimiento de varios países, pero no de aquel en el que aspiraba a reinar.

Jacobo III
Jacobo Francisco Eduardo Estuardo 

En 1715, apoyó un levantamiento jacobita en Escocia, que duró medio año; derrotado de nuevo, el aspirante de los Estuardo abandonó las islas. Lo intentó de nuevo en 1719, esta vez con apoyo español, puesto que Francia, que había firmado la Paz de Utrecht con Inglaterra, dejó de respaldar las reivindicaciones de su dinastía. Pero, debido al mal tiempo, solo 300 de los 7.000 soldados españoles prometidos llegaron a costas escocesas, y el levantamiento fracasó.

El último intento de recuperar la corona para los Estuardo fue de Carlos Eduardo (el «Joven Pretendiente»), hijo de Jacobo III, en 1745, en el contexto de la Guerra de Sucesión austríaca, y con apoyo francés. En esta ocasión los jacobitas rozaron el éxito: ocuparon Edimburgo, el ejército de cerca de 5.000 hombres invadió Inglaterra el 8 de noviembre de 1745, y avanzó a través de Carlisle y Mánchester hasta Derby, amenazando Londres. Pero los rumores de que tres ejércitos ingleses se aproximaban a ellos (en realidad eran solo dos) los llevaron a frenar su avance para reagruparse, y perdieron la ventaja del factor sorpresa. El ejército gubernamental les infligió una severa derrota en la batalla de Culloden, el 16 de abril de 1746, de la que ya nunca se recuperarían. Ésta será la última batalla librada en suelo británico hasta la fecha.

Memorial de la batalla de Culloden

Memorial de la batalla de Culloden, donde murieron más de mil jacobitas y apenas una cincuentena de soldados realistas.
Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). Edad Moderna II. Siglos XVIII y XIX. Bonalletra Alcompás.
 
 

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