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Europa siglo XVIII: La regencia francesa

Tras la muerte de Luis XIV el 1 de septiembre de 1715 se abrió un complicado proceso de sucesión en Francia. El único heredero del rey era su bisnieto, el duque de Anjou, de solo cinco años; hasta que alcanzara la mayoría de edad, el país tenía que ser gobernado por un regente. Por línea de sangre el cargo le correspondía a Felipe de Orleans (1640-1701), sobrino de Luis XIV. Pero el duque de Orleans no gozaba de la simpatía del viejo monarca, y en el testamento real se despojó de poder político efectivo a la regencia, que quedó sometida a un consejo dirigido por los dos favoritos de Luis XIV: el duque de Maine y el conde de Toulouse, ambos hijos naturales legitimados.

Felipe de Orleans
Felipe de Orleans.

Felipe de Orleans, un hombre inteligente, ambicioso y con talento para la intriga palaciega, no tardó en desarmar la voluntad testamentaria de Luis XIV. Consiguió que el Parlamento anulara el testamento y asumir poderes plenos como regente. Para distanciarse de Luis XIV, introdujo novedades en su gobierno, la principal de ellas la Polisinodia, un gobierno colegiado en el que los antiguos ministros fueron sustituidos por consejos, formados sobre todo por nobles. Con ello, el regente pretendía congraciarse con la aristocracia, apartada del poder por Luis XIV. La idea, sin embargo, fracasó debido a las constantes rencillas entre los consejos y, tres años más tarde, se recuperó la estructura tradicional basada en ministros.

Felipe de Orleans intentó aliviar la catastrófica situación económica del país mediante las osadas medidas del economista escocés John Law. Law desligó la cantidad de dinero en circulación del respaldo en oro en posesión del Estado y creó un banco central capaz de emitir billetes garantizados por el rey. También intentó impulsar el comercio mediante la creación de una compañía estatal dotada del monopolio para la explotación de las colonias. Al principio las acciones de la compañía subieron como la espuma, fruto de una burbuja especulativa que no tardó en estallar. Siguió una grave crisis económica y la salida del país de Law.

John Law
John Law.

Acosado por el fracaso de sus innovaciones, el regente se dejó asesorar por el cardenal Dubois (secretario de Estado y Asuntos Exteriores) y retomó políticas propias de Luis XIV: limitó el poder de la nobleza y controló y reprimió al Parlamento. En 1723 Luis XV alcanzó la mayoría de edad y subió al trono. Felipe de Orleans fue nombrado primer ministro, pero falleció a los pocos meses, el 2 de diciembre de 1723. Su período de regencia es más conocido por la relajación de costumbres y el libertinaje que por su mediocre gestión. Voltaire lo resumió con gracia: «El tiempo de la amable Regencia, cuando se hizo de todo menos penitencia».

Palais-Royal
El Palais-Royal sustituyó al Palacio de Versalles como centro de la vida política francesa durante la regencia de Felipe de Orleans.
Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). Edad Moderna II. Siglos XVIII y XIX. Bonalletra Alcompás.
 

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