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La historia negra de la colonización

La esclavitud y la conversión forzosa al catolicismo fueron los dos mecanismos de sometimiento más indignos de la colonización de América. Los objetivos de los colonizadores eran la explotación económica de los nuevos territorios y la cristianización de la población. Para conseguirlo esclavizaron a los indígenas, que, al no estar acostumbrados al trabajo forzoso y al estilo de vida impuesto por los europeos, morían en gran número. A esto se sumaron las enfermedades del hombre europeo (contra las que los indígenas no podían defenderse) y la brutalidad de muchos colonizadores. Como consecuencia, murieron pueblos enteros y la población antillana se extinguió.

Unos de los primeros defensores públicos de los indígenas fue el dominico Antonio de Montesinos, en cuyos sermones condenaba el trato que los colonizadores daban a los indios. Este participaría en la redacción de las Leyes de Burgos (1512), por las que se admitía el principio de libertad de los indios americanos. En esta línea de defensa le seguiría fray Bartolomé de las Casas (1484-1566), que en su obra “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” dejó constancia de la explotación y maltrato a la que eran sometidos los indígenas y denunció el sistema de las encomiendas. Estas eran un derecho otorgado por el rey desde 1523 por el que los españoles que quisieran colonizar recibían tierras (encomiendas) en las que los indígenas estaban obligados a trabajar y pagar sus tributos.

Puesto que la ley establecía que los indígenas americanos no serían sometidos a esclavitud, las encomiendas fueron una manera de disfrazarla, pues se les encomendaba al cuidado de los españoles. De las Casas impulsaría la aprobación de las Leyes Nuevas, que desde 1542 abolieron el sistema de encomiendas y prohibieron la esclavitud. Sin embargo, la necesidad de mano de obra sustituyó la esclavitud aborigen por la de los esclavos negros, que no encontraron tantos defensores ya que en Europa hacía siglos que se aceptaba socialmente. Y de hecho la propia Iglesia vio en la importación de esclavos negros la solución a la explotación indígena.

Otro mecanismo de transculturación y de homogeneización de la rica diversidad cultural que reinaba en el Nuevo Mundo antes de la llegada de los españoles fue la religión. El papa Alejandro VI obligaba a la Corona española a convertir al catolicismo a todos sus súbditos, y esto se hizo generalmente mediante la imposición. Un modo fue el “requerimiento”, documento que los españoles leían a los indígenas de los pueblos a donde llegaban, haciéndoles saber en un idioma que no entendían, que si no abrazaban la religión cristiana y destruían sus templos e ídolos les harían la “guerra justa”.

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