contadores de paginas web

Trayectoria de la política en la década de 1920: Francia

La recuperación

Las batallas más cruentas de la guerra de 1914 se habían efectuado sobre territorio francés y, en consecuencia, sus habitantes afrontaron la reconstrucción con heridas más profundas. Debido a la pérdida de alrededor de tres millones de vidas humanas, la población de Francia se redujo considerablemente a pesar de la incorporación de Alsacia y Lorena; el impacto demográfico fue todavía más grave si se toma en cuenta que las pérdidas humanas afectaron primordialmente a la población joven. Por otra parte, los efectos morales sobre la sociedad francesa eran muy intensos, y los antiguos combatientes, al enfrentar las dificultades de su reingreso en la vida civil, procuraron mantener las relaciones de amistad creadas durante el tiempo que pasaron en las trincheras, lo cual condujo a la formación de asociaciones de ex combatientes que, resentidos por la guerra, tendieron a considerar que la patria se encontraba en deuda con ellos.

Soldados franceses en París
Soldados franceses en parís, principios de la década de 1920

Las pérdidas materiales fueron cuantiosas y las crisis económicas empeoraron la situación financiera del Estado, que no tenía los recursos necesarios para iniciar la reconstrucción. Para remediar esto, el gobierno francés exigió a Rusia el pago de las deudas contraídas por el régimen zarista, en el que las inversiones francesas habían sido fundamentales, pero el gobierno soviético se negó a reconocer tales deudas. En consecuencia, Francia se vio obligada a concertar préstamos en el exterior con el gobierno de Estados Unidos y con empresas particulares.

En el aspecto geopolítico, al romperse el orden internacional existente en Europa antes de 1914 se produjo una nueva situación que, de cierta forma, resultaba amenazante para Francia. Por un lado, con la Revolución Rusa los franceses no sólo perdieron un importante campo de inversión, también tuvieron que prescindir de las ventajas de tener un aliado que, dada su ubicación en el este del continente, representaba un freno para la amenaza del poderío alemán. Por otra parte, con la caída del Imperio Austro-Húngaro había surgido en el sureste de Europa un mosaico de naciones que en esos momentos de formación presentaban un estado muy inestable y de gran riesgo para la paz. En consecuencia, Francia parecía encontrarse aislada frente a la amenaza de que, al recuperarse Alemania, fuera de nuevo atacada por este país; el sentimiento de temor causado por esta situación podría explicar la dureza que el gobierno francés mostró en los tratados de paz con respecto a las reparaciones de guerra.

Mapa de las perdidas alemanas
Perdidas alemanas despues de la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, no todo era negativo. Francia había recuperado Alsacia y Lorena junto con sus yacimientos de potasio, hierro y carbón, y obtuvo por un plazo de quince años la explotación de las minas situadas en la región del Sarre en Alemania, además de buena parte de las colonias de este país. Asimismo, con la conquista de nuevos mercados y una vez superada la situación de crisis que aquejó a la nación en varias ocasiones, los franceses pudieron alcanzar la recuperación económica y vivieron un periodo de prosperidad y calma, interrumpido en 1932 por los efectos de la Gran Depresión estadounidense.

Trayectoria política

A pesar de los problemas económicos y sociales que enfrentó Francia en la posguerra, en el aspecto político, la década de 1920 fue uno de los periodos más estables transcurridos hasta entonces en la historia del país. El régimen democrático republicano resultó consolidado por la victoria, de modo que el orden constitucional se mantuvo vigente y los procesos electorales se dieron con normalidad. La alternancia de gobiernos de derecha e izquierda durante el periodo de entreguerras es muestra del ambiente democrático en que ocurrió la transferencia del poder político.

Esquema de Francia en 1920
Francia en la década de 1920

Gobiernos del Bloque Nacional

Entre 1919 y 1924 Francia fue gobernada por el llamado Bloque Nacional formado por coaliciones de partidos de derecha, integrada ahora ya no con los partidos monárquicos, que casi habían desaparecido, sino por grupos apoyados en sectores de empresarios industriales y comerciales. El programa de este gobierno, obligado a afrontar la difícil situación financiera de los primeros años de la posguerra, presentaba todavía los rasgos de una política de guerra basada en un nacionalismo intransigente unido al sentimiento de venganza contra Alemania. Además, los gobiernos adoptaron medidas autoritarias para mantener el orden interno, puesto en peligro por el aumento en el número de huelgas y el crecimiento del sindicalismo. En 1924, el régimen del Bloque Nacional perdió popularidad debido a que no pudo encontrar una solución definitiva a la crisis financiera y por el desprestigio internacional en que había sumido a Francia la ocupación armada del Ruhr, ordenada por el presidente Raymond Poincaré. El descontento popular fue explotado por los grupos de izquierda durante la campaña electoral de ese año y les permitió alcanzar el triunfo sobre los partidos del Bloque Nacional.

Tropas francesas entran en Essen
Ocupación del Ruhr en 1923. Tropas francesas entran en Essen.

Cartel de la izquierda (1924 y 1926)

El siguiente gobierno, integrado por una coalición de socialistas moderados e izquierdistas radicales de vasta cultura, al frente de los cuales estaba Édouard Herriot, inició su administración con una política de conciliación y apertura tanto en el ámbito interno como en el internacional. Sin embargo, Herriot fue objeto de críticas debido a que decretó la separación Estado-Iglesia en las recién recuperadas regiones de Alsacia y Lorena, acción que molestó a los católicos locales y provocó un movimiento separatista. Pero lo que debilitó al cartel de la izquierda no fue tanto la política laica de Herriot, sino la crisis financiera de 1926 que el gobierno no pudo solucionar a pesar de todos sus esfuerzos.

Édouard Herriot
Édouard Herriot.

Unión Nacional (1926-1929)

Ante el fracaso de los gobiernos anteriores por sacar a Francia de la depresión económica, Poincaré regresó al poder como el único político capaz de dar solución al problema financiero. Su gobierno integró a los líderes de todas las fuerzas políticas -de derecha, centro e izquierda- y su programa, para cuya realización se le otorgaron plenos poderes, se concentró en la estabilización del franco. Además de atraer al capital extranjero, la estrategia de solución financiera implicó recurrir a severas medidas fiscales con el sacrificio consecuente de la población, pero los resultados favorables fueron inmediatos. La afluencia de capitales extranjeros dio un impulso más acelerado a la reconstrucción, se incrementó la producción industrial, se alcanzó el pleno empleo, y se logró el superávit en la balanza de pagos. Tras la dimisión de Poincaré en 1929 por razones de salud, se inició una fase de gobiernos moderados a los cuales correspondió enfrentar las consecuencias de la Gran Depresión estadounidense.

Raymond Poincaré
Raymond Poincaré, antialemán por naturaleza. Tras su mandato en la Presidencia, en 1922 regresó como primer ministro, una vez más, conocida por sus políticas antialemanas. La crisis financiera lo devolvió al poder por tercera vez en 1926, convirtiéndose una vez más en primer ministro y ministro de Finanzas hasta su retiro en 1929.
 
El precedente de la crisis económica hizo que la década de 1930 fuera una época de grandes conflictos políticos porque: 

• De una parte, se organizaron grupos nacionalistas de extrema derecha, como la Cruz de Fuego o partidos como Acción Francesa, dirigido por Ch. Maurras y L. Daudet.

• Se hicieron comunes los enfrentamientos callejeros directos entre grupos nacionalistas y socialistas, como el que tuvo lugar en febrero de 1934, cuando se produjo un sangriento choque entre sectores políticos en la plaza de la Concordia de París.

• Los grupos políticos de izquierda se aliaron, con el propósito de hacer frente al ascenso de los grupos nacionalistas y fascistas. La alianza de comunistas y socialistas dio origen al Frente Popular, que ganó las elecciones en 1936, otorgando el poder a León Blum. Durante su gobierno se iniciaron transformaciones sociales en el país, como la implantación de la semana laboral de 40 horas, las vacaciones pagadas y varios acuerdos laborales.

Referencia:
Delgado de Cantú, G. M. (2006). El mundo moderno y contemporáneo II. Del siglo XX a los albores del siglo XXI. Pearson educación.

Edad Contemporánea