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Civilización China: Historia

Primeras culturas y neolítico

Ubicación geográfica de las primeras culturas desarrolladas sobre el río amarillo, en el mapa actual de China.

Situados al norte del actual territorio de la República Popular China, los restos del poblado de Banpo constituyen el yacimiento mejor conservado de la cultura Yangshao, primera gran civilización neolítica local y uno de los núcleos de expansión del sedentarismo agrícola en Asia oriental. La cultura Yangshao data del 5000 a.C. y perduró a lo largo de dos milenios, siempre en las cercanías del tramo central del río Amarillo.

El nombre de la cultura le viene dado por el yacimiento arqueológico representativo descubierto en 1921 en Yangshao, provincia de Henan. Se conoce que las aldeas agrícolas fueron extendiéndose gracias a la eficiente agricultura de esta cultura, que alcanzó un vasto desarrollo demográfico. Cuando decayó, fue absorbida por la cultura de Longshan, evolucionando hacia lo que se considera el germen de la civilización china.

Culturas del neolítico en China
Hallazgos arqueológicos de las culturas que habitaron las orillas del río Amarillo en el neolítico.

Una historia de dinastías

Siguiendo un criterio cronológico, la primera dinastía fue la Xia, que se mantuvo en el poder entre los años 2100 y el 1600 a.C., ocupando el curso medio del río Amarillo. Diecisiete reyes se sucedieron en el poder, habiendo cambiado nueve veces de capital. El territorio dominado por los Xia abarcaría alrededor de la actual provincia de Henan y parte del oeste de Shandong y del sur de Hebei.

Posteriormente sobrevino la dinastía Shang, hasta el 1100 a.C., estableciendo su capital cerca de la actual ciudad de Anyang. La dinastía Shang estaba constituida por una serie de ciudades que, conviviendo con otras, se subordinaban a una misma autoridad. Una de ellas, la ciudad de Zhou, enfrentó y derrotó a los Shang, y fundó la dinastía Zhou.

Shāng Tāng
Shāng Tāng fue el primer rey de la dinastía Shang tras destronar a Xiǎ Jié, último gobernante de la dinastía Xia.

Las dinastías Zhou

Los Zhou establecieron su primera capital en el oeste, en Zhouzong, y estuvieron en ella hasta el año 711 a.C., cuando se trasladaron hacia el este, a Chengzhou. De ahí que se divida la dinastía en Zhou Occidental y Zhou Oriental, esta última desde el año 771 hasta el 256 a.C. A su vez, el desarrollo de los Zhou Orientales se divide en el período de las “Primaveras y los Otoños” (722-481 a.C.) y el período de los “Reinos Combatientes” (480-221 a.C.). El primero de estos períodos fue de esplendor cultural, en el que se destacaron grandes pensadores como Confucio y Zhuangzi.

El segundo, en cambio, estuvo signado por las guerras entre los diferentes Estados, situación que terminó con la desaparición de la dinastía Zhou cuando el Estado occidental de Qin conquistó a los demás, fundando una nueva dinastía. Será con el primer monarca Qin, Qin Shi Huangdi, que surgirá una nueva denominación para los monarcas, que desde entonces ostentarán el poder como emperadores.

Dinastía Zhou
Durante el imperio de la dinastía Zhou gozaron de cierta difusión esculturas y vasos con figuras animales realizadas en bronce y adornadas con incrustaciones de oro y plata.

Qin Shi Huangdi, el primer emperador chino

El sueño imperial de China se plasmó en el 221 a.C., cuando el soberano de Qin logró unificar a los demás reinos bajo una misma bandera instaurando la dinastía Qin. No por nada, este flamante emperador fue llamado Tianzi, que significa “Hijo del Cielo”. Era concebido como mediador entre las fuerzas divinas y el poder humano, hasta el extremo de interpretar la prosperidad y la abundancia como reflejos de su rectitud, y entender las calamidades del hambre y de la guerra como fruto de su depravación. Es decir, él, la suprema encarnación del Imperio, también era una naturaleza única y en su ser reunía el Bien y el Mal, la Vida y la Muerte.

Bajo su imperio se establece por primera vez un estado chino centralizado, siendo la unificación de las normas de pesas y medidas y de la escritura algunas de sus manifestaciones. También por entonces se realizaron grandes construcciones, como el mausoleo custodiado por miles de guerreros de terracota y unos 5.000 kilómetros de la Gran Muralla China.

Qin Shi Huangdi
Qin Shi Huangdi fue el rey del estado chino de Qin del 247 a.C. hasta el 221 a.C., y después el primer emperador de China unificada del 221 a.C. al 210 a.C., ​ reinando bajo el nombre de “Primer Emperador”. La palabra “huangdi” fue traducida en Occidente como “emperador”.

Tras la muerte de Huangdi (210 a.C.), la unificación y centralización del imperio se comenzaron a sostener en un poder dictatorial que despertó tempranamente rebeliones militares de gran envergadura. La más importante, ocurrida en 206 a.C., fue dirigida por Liu Bang, y su éxito fue coronado con la fundación de la dinastía Han.

Divisiones y reunificaciones

La dinastía Han se divide en dos períodos: Han Occidentales, con capital en Chang'an, y Han Orientales, con centro en las inmediaciones de la actual Luoyang. El período Han Occidental fue de gran prosperidad económica, y la apertura de la Ruta de la Seda fue una de sus manifestaciones. También se acentuó un marcado desarrollo cultural. En cambio, cuando los Han restablecieron su dominio en el este, sobrevino un paulatino declive en el que estallaron rebeliones contra el poder central. La más importante fue la llamada Rebelión de los Turbantes Amarillos.

La Rebelión de los Turbantes Amarillos
La Rebelión de los Turbantes Amarillos fue una revuelta campesina que estalló el año 184 en tiempos del emperador Ling de la dinastía Han. Tomó su nombre de los pañuelos amarillos que los rebeldes llevaban en la cabeza.

Con la autoridad cada vez más minada, también se sucedieron los intentos de golpes militares, entre los que se destacó el de Cao Cao, en el año 192, quien intentó infructuosamente mantener la unidad del Imperio. En el 206, varios jefes militares lo enfrentaron en la batalla de los Acantilados Rojos y, tras vencerlo, China quedó nuevamente dividida. Cao Cao falleció en el año 220 y le sucedió su hijo Cao Pi, quien derrocó el último emperador Han y fundó una nueva dinastía, la Wei. Uno de sus rivales Sun Quan, por su parte creó en 222 el reino de Wu, del que se consagró emperador.

El imperio se reunificó bajo la dinastía Jin, también dividida en Occidental (265-316) y Oriental (317-420), esta última en el sur de China. No obstante, los pueblos nómadas del norte terminaron conquistando Luoyang (311) y Chang'an (316), desarmando a la dinastía Jin, cuya corte se estableció en Jiankang, cerca de la actual Nanjing, donde se mantuvo gobernando hasta el año 420. Todo este período fue de gran fragmentación política y territorial, y con presencia de numerosos pueblos de etnias no chinas, como los Xiongu y los Xianbei, por lo que se lo conoce como “período de los Dieciséis Reinos”.

Dinastía Jin
La dinastía Jin proporcionó un breve periodo de unión tras conquistar el reino de Wu en el año 280.

Uno de los Dieciséis Reinos, los tuoba, unificarán finalmente el norte de China al derrotar a los pequeños Estados diseminados y proclamarán en el año 440 el dominio de la dinastía Wei del Norte. En esta época también empezó a difundirse la religión budista, que desde el período Han había ingresado desde la India.

China quedó dividida en norte y sur. En el norte, se sucederán las llamadas dinastías septentrionales: Wei del Norte, Wei del Este, Wei del Oeste, Qi del Norte y Zhou del Norte. En el sur se sucedieron otras cuatro dinastías: Song, Qi, Liang y Chen.

Estatuilla de Buda
Originario de la india, el budismo comenzó a penetrar en territorio chino hacia el siglo I, cuando un emperador de la dinastía Han envió a varios funcionarios a la India para informarse sobre esta religión. Ya en el siglo V se produce su verdadera expansión.

En el año 581 Yang Jian, de la dinastía Zhou del Norte, proclamó la dinastía Sui, que tan sólo ocho años más tarde lograba unir el sur y el norte, abriendo una etapa de reformas institucionales, consolidación del poder central, grandes construcciones y difusión del budismo. Más la dinastía Sui no estará exenta de crisis internas, y en el año 618 una rebelión militar proclama la dinastía Tang.

La dinastía Tang

En el año 618 Li Yuan asumía el poder como emperador de la nueva dinastía Tang. Uno de sus hijos, tras haber matado a dos hermanos, le obligó a abdicar a su favor, convirtiéndose en el segundo emperador Tang: Taizong. El nuevo emperador fue un gran difusor de los pensamientos de Confucio, del budismo y el taoísmo. Además, perfeccionó la administración e impulsó el comercio. Tras su muerte, será una de sus concubinas y más tarde esposa quien se convertirá en la emperatriz Wu, proclamando a su vez una nueva dinastía: la Zhou. Wu será también la primera y única mujer que gobernaría China a lo largo de toda su historia.

La emperatriz Wu
La emperatriz Wu fue una de las concubinas del emperador Taizong, que ganó gran influencia sobre él, al punto de aconsejarle en las decisiones de gobierno. Se estima que fue cruel en sus esfuerzos por tomar el poder, ya que se cree pudo haber asesinado a algunos de sus propios hijos para conseguirlo.

En el año 705 la emperatriz Wu fue derrocada y su hijo, Zhongzong, retomó el poder restaurando la dinastía Tang. No obstante, las crisis internas que sacudieron el desarrollo de la dinastía Tang, su imperio fue de esplendor cultural y expansión territorial. Sólo un movimiento opositor de enorme fuerza podía desequilibrar su poder, y ese movimiento fue el encabezado por un general de origen centroasiático, An Lushan, quien se alzó en armas contra el emperador en el año 755.

La beligerancia se mantuvo hasta el 763, cuando la rebelión fue derrotada, pero dejando anémico al Estado, al grado que para principios del siglo X la ciudad de Chang'an cayó en manos de nuevos opositores y en el año 907, tras el asesinato del último emperador Tang, Aidi, se proclamó una nueva dinastía: la Liang, cuyas capitales quedaron establecidas en las ciudades de Luoyang y Kaifeng. Una vez más, China quedaba disgregada en varios reinos independientes, todos ellos signados por la inestabilidad política.

Vista actual de la ciudad de Kaifeng
Vista actual de la ciudad de Kaifeng. A principios del siglo VII, Kaifeng se convirtió en un importante enclave comercial al conectarse con el Gran Canal de China.

En el año 960 se funda la dinastía Song, otorgándoles cierta continuación a las cinco dinastías que se sucedieron en el norte tras la caída de los Tang. Los Song establecieron su capital en Kaifeng, y tras exitosas campañas militares lograron conquistar los reinos del sur, reunificando gran parte del territorio. Durante su dominio se produjo un gran desarrollo del comercio, del sistema monetario y de las grandes ciudades.

El período Song se puede dividir en dos partes: Song del Norte, hasta 1127, y Song del Sur, entre 1127-1279, estableciendo la capital en el sur, en la actual Hangzhou, tras ser derrotados por algunos pueblos del norte.

Dinastía Song
Los emperadores Song patrocinaron la pintura de las formas tradicionales, y a finales del siglo XI el emperador Huei-tsong se destacó como autor de obras con pájaros y ramajes floridos.

Invasión mongola

Curiosamente, la reunificación de China se produciría gracias a la incursión militar de los mongoles, quienes invadieron el territorio desde el norte. Los mongoles, dirigidos por Genghis Khan, alcanzaron a unir bajo un mismo imperio territorios que se extendían desde Europa Oriental hasta Irán y China. De hecho, el poderoso imperio mongol estaba dividido en cuatro partes, de las cuales una sola incluía gran parte de las actuales China y Mongolia. En el año 1271, influido por las tradiciones chinas, Kublai Jan fundó una dinastía propia, denominada Yuan, cuya capital se estableció en Pekín.

El período Yuan estuvo marcado por una gran inestabilidad social, situación agravada por desastres naturales, hambrunas, y epidemias de peste. Todo ello contribuyó a generar una mayor anarquía, cuyas manifestaciones fueron las recurrentes rebeliones contra los mongoles. En el año 1368, el rebelde Zhu Yuanzhang fundó la dinastía Ming, estableciendo la capital en Nanjing. Le sucederá Yongle, su hijo, quien trasladará la capital a Pekín.

Retrato del emperador Yongle
Retrato del emperador Yongle. Fue el tercer emperador de la dinastía Ming, gobernando desde julio de 1402 hasta su fallecimiento en 1424.

El período Ming conocerá cambios relativos a la vida económica, como el abandono del papel moneda y su reemplazo por la plata, un metal escaso en China que finalmente fomentará, para ser obtenida, los contactos comerciales con otros países, primero con Japón y más tarde con los portugueses establecidos en Macao desde mediados del siglo XVI; finalmente, China también comenzará a establecer relaciones con España, que transportaba plata desde América con destino a Filipinas.

Qing, la última dinastía imperial china

En el año 1644, la dinastía Qing, de origen manchú, conquistó Pekín, imponiendo su propio estilo -desde el peinado hasta la indumentaria- y promoviendo la lengua manchú para los asuntos de gobierno. Esta dinastía alcanzó un poder real sobre un territorio de 13 millones de kilómetros cuadrados y reinó hasta 1912. Los gobiernos de Yongzheng (1723 - 1735), y de su hijo Qianlong (1735 - 1796) constituyeron los puntos más altos del poder dinástico, en los que no faltaron sin embargo crisis militares internas y fronterizas.

Mapa de la extensión de la dinastía Qing en 1820
Mapa de la extensión de la dinastía Qing en 1820.

Una de las más importantes tuvo que ver con el control sobre el Tíbet, donde la conveniencia de mantener un Dalai Lama afín a la dinastía era crucial por la notable influencia del budismo. Ya en 1720, ante el avance de los dzúngaros, tribu guerrera de origen mongol, se había intervenido militarmente la región y conseguido el reconocimiento de la autoridad imperial por parte del Dalai Lama, pero los gobiernos siguientes jamás pudieron desatender tan espinosa cuestión.

Más tarde, el emperador Qianlong, quinto emperador de la dinastía, condujo personalmente campañas militares en Xinjiang y Mongolia y sofocó exitosamente las sublevaciones en Sichuan y partes de China meridional, consolidando las conquistas territoriales realizadas por su abuelo y su padre. Qianlong se mantuvo en el poder seis décadas, superado en la historia china sólo por su propio abuelo. Su gobierno también estuvo salpicado por una creciente burocratización y corrupción que terminó minando las bases de su poder y fue obligado a abdicar.

Campaña contra los Zúngaros y la conquista Qing
"Campaña contra los Zúngaros y la conquista Qing". Obra de Xinjiang, realizada entre 1755 y 1758.

A lo largo del siglo XIX se sucedieron las disputas comerciales con las potencias occidentales, que dieron lugar a la Primera Guerra del Opio, que enfrentó a China con Gran Bretaña (1839-1842), y a la Segunda Guerra del Opio (1856-1860), en la que una alianza franco-británica tomó la ciudad de Guangzhou. El resultado de estos enfrentamientos fue la firma de los tratados de Nanjing y de Tianjin, por los que el Reino Unido consiguió la soberanía sobre parte de la actual Hong Kong.

En las últimas décadas de la dinastía Qing continuaron los conflictos con las potencias extranjeras, tanto por disputas comerciales como por cuestiones de límites. Además, la rivalidad con Japón por la influencia sobre Corea provocó la guerra chino-japonesa (1894-1895). Tras la derrota china se firmó el Tratado de Shimonoseki, por el que China reconocía la independencia de Corea y cedía Taiwán a Japón. La Revolución de 1911, democrático-burguesa, dirigida por Sun Yatsen, puso fin a la dominación de la dinastía Qing y a más de dos mil años de monarquía, y proclamó el Gobierno Provisional de la República de China.

La revolución comenzó con una primera batalla el día 10 de octubre de 1911 y finalizó con la abdicación del Emperador Puyi el 12 de febrero de 1912. La revolución se llamó Xinhài pues esa palabra literalmente significa "cuarenta y ocho", que es el nombre del año 1911, según el ciclo sexagesimal del calendario agrícola chino tradicional. Actualmente la Revolución Xinhai es conmemorada cada 10 de octubre en China, Hong Kong y Macau.

 Revolución de Xinhai de 1911
La Revolución de Xinhai consistió en revueltas y alzamientos populares que hicieron abdicar a el último emperador de la dinastía Qing el 12 de febrero de 1912, estableciendo la República de China.

En 1911, el Imperio chino se desmoronó, pero, aun invadida por ejércitos que ya no empleaban la pólvora para los fuegos de artificio, China se mantuvo. Hoy el mundo entero se hace eco de sus pasos de gigante. Pero es un andar que viene de muy lejos. Es una civilización milenaria que trasciende incluso la desmesura de su propia Gran Muralla.

Referencia:
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. Antigua China. Editorial Sol 90.
 
 

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