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El Bajo Imperio: Difusión y organización del cristianismo primitivo

Después de la muerte de Jesús, sus discípulos se agruparon en torno a Pedro, uno de los doce apóstoles (palabra que significa "enviado" y designa a aquellos discípulos que Jesús, antes de morir, había enviado por toda Galilea a predicar en su nombre). Los apóstoles o seguidores predicaron la buena nueva en las diversas comunidades judías establecidas fuera de Palestina. Los apóstoles se dirigieron a diversos lugares a predicar el mensaje de Cristo como él se los había solicitado; Pedro se estableció en la capital del Imperio, Roma, donde fundó una comunidad. Santiago llegó hasta España, Tomás viajó a la India.

Estatua de San Pedro en la plaza de la Ciudad del Vaticano
Estatua de San Pedro en la plaza de la Ciudad del Vaticano.

Aquellos primeros discípulos no pensaban en romper con el judaísmo. Afirmaban solamente que Jesús era el Mesías esperado por los judíos, que había sido resucitado por Dios y que quienes creyeran en él se salvarían: esa era la "buena nueva" (el Evangelio) que predicaban. La mayor parte de los judíos, sin embargo, rechazó a los seguidores de Jesús y los acusó de blasfemos. Uno de sus más encarnizados perseguidores fue un ferviente judío, Saulo de Tarso, más conocido por su otro nombre, Pablo.

Pablo de Tarso se convirtió repentinamente al cristianismo y se volvió un misionero infatigable que propagó el Evangelio por el Asia Menor y Grecia. Se dedicó a predicar entre las poblaciones no judías, mereciendo por ello el nombre de apóstol de los gentiles (extranjeros). Gracias a Pablo, el Evangelio se propagó por las ciudades de lengua y cultura griega, formándose en ellas numerosas comunidades de fieles. Esto influyó mucho en la naciente religión, pues el idioma griego fue el preferido para extender el mensaje cristiano. En dicha lengua se redactaron tres de los cuatro Evangelios; las nuevas comunidades se denominaron iglesias (palabra de origen griego), que más tarde se aplicó a la totalidad organizada de los creyentes.

San Pablo, escultura de mármol del artista Miguel Ángel
San Pablo, escultura de mármol del artista Miguel Ángel, realizada entre 1501 y 1504 y colocada en la Catedral de Santa María de la Asunción en Siena, Italia.

Atacado por los judíos, Pablo se dirigió a los paganos predicándoles que para convertirse al cristianismo no tenían que someterse a todas las prescripciones de la Ley de Moisés. El cristianismo comenzó entonces, poco a poco, a desprenderse del judaísmo y a ser asimilado dentro de los moldes de la cultura greco-romana.

En Palestina, los pobres fueron los primeros en recibir el bautismo, pero con la difusión del cristianismo hacia el Mediterráneo los primeros conversos fueron gente de estratos medios (mercaderes, artesanos, pequeños propietarios) y también hombres sin recursos de las ciudades. En Roma numerosos desposeídos y esclavos abrazaron posteriormente la nueva fe. Pero a excepción de Asia Menor, donde hubo algunas comunidades rurales, el cristianismo floreció en las ciudades que tenían cultura helénica. Las comunidades más notables fueron: Éfeso, Corinto, Tesalónica, Alejandría, Antioquía, Capadocia y Roma. La de Jerusalén perdió muy pronto su importancia como centro de la cristiandad debido a la persecución de Herodes.

San Pablo en el Areópago de Atenas
San Pablo en el Areópago de Atenas. Rafael Sanzio (1515-1516).
¿Por qué se extiende el cristianismo?

Son varias las razones que explican por qué la labor de estas predicaciones encontró terreno abonado, hasta el punto de que 200 años después de la muerte del Maestro, el cristianismo era la religión más extendida y practicada en el imperio. Entre esas razones sobresalen:

- El descontento hacia los viejos credos politeístas, carentes de contenido espiritual y la afirmación de un dios único, creador y bondadoso.

- La presencia de numerosos grupos de judíos en todo el imperio, entre los cuales se extendió inicialmente la nueva religión.

- El contenido humanitario de la doctrina, basado en el amor al prójimo y la caridad que constituían un mensaje esperanzador para millones de seres explotados.

- El ejemplo de fe dado por muchos de los predicadores que preferían dejarse matar antes que renunciar a sus creencias.

Predicación de San Marcos en Alejandría
"Predicación de San Marcos en Alejandría". Gentile y Giovanni (1504-1507). La expansión del Cristianismo comenzó por Palestina, Siria con Antioquia, Asia Menor, Península helénica.

Las primeras comunidades

La palabra iglesia, deriva del griego Ecclesia (asamblea del pueblo); se aplicó en plural -iglesias- a las comunidades de cada lugar, pero luego se llamó también Iglesia al conjunto total de los cristianos. Desde el principio existió una organización: al frente de cada comunidad eclesial estaban los apóstoles y sus sucesores que eran denominados obispos (epíscopos "inspector", "vigilante" en griego). Los apóstoles, siguiendo el mandato de Jesús, consagraban el pan y el vino, perdonaban los pecados y administraban los demás sacramentos. En cada iglesia nueva, los apóstoles dieron este poder a los más virtuosos cristianos, generalmente los más ancianos, que pasaron a ser los sacerdotes o presbíteros. Para socorrer a los pobres y administrar los bienes de la comunidad estaban los diáconos, o sea "servidores". El obispo de Roma, sucesor del jefe de los apóstoles, fue llamado papa y considerado tradicionalmente como el primero entre los obispos.

Los domingos (día en el que conmemoraban la resurrección de Jesús), los cristianos se reunían por la mañana para cantar salmos, orar y leer la Biblia; por la tarde, en memoria de la última cena que Jesús había tenido con sus discípulos, compartían el pan y el vino consagrados por el obispo y asistían luego a una cena común.

Expansión del cristianismo
Mapa de la expansión del cristianismo en el imperio romano.

A fines del siglo II las principales iglesias, es decir, comunidades cristianas, eran: Antioquía en Siria, Corinto en Grecia, Roma en Italia, Lyon en la Galia, Cartago en África y Alejandría en Egipto. El cristianismo fue en sus comienzos una religión de ciudades, tanto que la palabra pagano, que se utilizaría para designar a los no cristianos, es una palabra latina que significa "campesino".

Referencias:
Díaz Rivero, G., Vélez, J. D., Ferroni de Chiappe, E., Londoño La-rrota, E. y Gaitán García, G. (1997). Mundo Medieval 7. Libros & Libres S.A.
Montenegro González, A. (1987). Historia del antiguo continente. Editorial Norma S.A.
Montenegro González, A., Salguero Cubides, J., Salgado de López, M. y Feo Basto J. V. (1992). Civilización 6. Norma S.A.

Edad Antigua