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Civilización China: Lúdica, música y ocio

Juegos, música y ocio en la cultura de la antigua china

El juego y la diversión en la civilización china tienen un fuerte arraigo espiritual e inconfundibles raíces budistas y filosóficas. Sin duda las expresiones más radicales son los juegos cortesanos de mesa, en los que la estrategia guerrera, combinando tácticas de aproximación, acorralamiento y exterminio, fue excluyente. También las celebraciones festivas más representativas, como la fiesta de la Primavera o Año Nuevo y la Fiesta de los Faroles, tienen su origen en los más antiguos ritos por los que se mostraba respeto a los antepasados y a Buda, fuentes de toda inspiración y sabiduría.

LA FIESTA DE LOS FAROLES: Es una de la más importantes del tradicional calendario festivo chino. Su origen se remonta a la dinastía Song, cuando los monjes budistas encendían faroles para adorar a Buda el día 15 del primer mes lunar. El rito se generalizó en la corte y luego en el pueblo. Durante la celebración, los propietarios de los faroles escriben acertijos en un trozo de papel y los clavan en los faroles. Si los visitantes tienen la solución a los acertijos, pueden dar una respuesta, y si es correcta recibirán un presente. La solución a las incógnitas de los faroles es un desafío de sabiduría y apareció durante la dinastía Song (960-1279).

Fiesta de los Faroles, cultura china.

La Fiesta de los Faroles se celebra el día 15 del primer mes lunar, que normalmente cae en febrero o marzo del calendario gregoriano.

LA FIESTA DE LA PRIMAVERA: La Fiesta de la Primavera o Año Nuevo chino es el acontecimiento familiar más importante de todos los que se celebran en China. Se inicia el primer día del primer mes del calendario lunar, generalmente los últimos días de enero y principios de febrero del calendario gregoriano, y se prolonga durante quince días. Su origen se remonta a la dinastía Shang (1600-1100 a.C.) cuando al inicio del año se hacían ofrendas a las divinidades del cielo y la tierra y a los antepasados para tener buenas cosechas y un buen pasar.

La fiesta no solo se desarrolla en los hogares sino también en las calles, en donde se celebra con diversos tipos de danza. Entre ellas se destacan la del dragón y la de las linternas, en la que brillan figuras articuladas. Los fuegos de artificio estallan para alejar, según la tradición, a los malos espíritus.

Comparsa con dragón en la Fiesta de la Primavera China

Comparsa con dragón en la Fiesta de la Primavera. El rojo es el color de la buena suerte en China, símbolo de felicidad, prosperidad y éxito.

En numerosos monumentos funerarios se recrean, con pinturas murales y figuras de terracota, escenas de danzas y espectáculos acrobáticos realizados en la vía pública. Se observan celebraciones de fiestas en la plaza y figuras de rapsodas y bailarines. Las famosas “paixi” -celebraciones populares- incluían bailes, representaciones hechas por juglares, espectáculos musicales y acrobáticos, comedores de fuego, marionetas y diversos tipos de cómicos.

Una corte lúdica

Los juegos sobre tablero estaban muy difundidos en las cortes imperiales, sobre todo los basados en cuestiones de estrategia.

EL JUEGO DEL LIUBO: El liubo es un juego de mesa chino de unos 2 o 3 mil años de antigüedad, que se supone antepasado del ajedrez. Conocido como el Juego de los Inmortales, alcanzó su mayor auge durante la dinastía Han. Consistía en un tablero cuadrado, sobre el cual estaban trazados los recorridos que debían seguir doce fichas de cuerpo cúbico. El tablero solía ser de piedra y las fichas de hueso, marfil o jade. Las reglas que regían este juego son hasta ahora desconocidas, pero probablemente se trataba de un juego asociado con lo adivinatorio o lo zodiacal o de índole religiosa y filosófica.

Estatuillas de dos jugadores con un tablero de liubo

Estatuillas de dos jugadores con un tablero de liubo, encontrados en una tumba de la Dinastía Han Oriental (25-220 d.C.).

Como parte de su formación, los ministros de la guerra y los militares debían practicar un juego de estrategia llamado “weiki”, similar al actual juego del “go”. Los mejores jugadores eran recompensados con certificados especiales y cargos honoríficos. Entre los monjes budistas era habitual el juego del volante, que era practicado con las piernas y las manos. Numerosas obras plásticas y pequeñas esculturas representan a mujeres y hombres de la nobleza entregados a sus pasatiempos, en una atmósfera de serenidad.

EL AJEDREZ CHINO: También llamado Xiàngqí, su traducción es “ajedrez del elefante”. Se trata de un juego de estrategia sobre un tablero, de la misma familia que el ajedrez y el shogi japonés. La partida termina cuando un jugador da jaque mate a su oponente. Las piezas se mueven en varias direcciones, según sus características: elefante, general, oficial, caballo, carro de guerra, cañón y soldado. Entre la quinta y sexta fila se encuentra el río, que divide el tablero en dos partes.

Ajedrez chino

Se jugaba en un tablero cuadrado en cuya superficie estaban pintados los recorridos en forma de líneas rectas o transversales.

Un pasatiempo muy difundido era el juego de pelota, que fue practicado por los chinos desde la más remota antigüedad y que, a partir de la dinastía Han, se extendió a la nobleza y a los mismos emperadores. Un árbitro era el encargado de regular las partidas, que se celebraban en campos cercados por muros. Las porterías eran doce, y eran custodiadas por otros tantos porteros. Como la pelota era maciza y no rebotaba, el juego exigía un gran esfuerzo físico, por lo cual también formaba parte del entrenamiento físico de los soldados. Sólo a partir de la dinastía Tang se introdujo una pelota de cuero hinchada de aire, lo que permitió que el juego se convirtiese en puro entretenimiento. La normativa del juego de pelota cambió y las porterías se redujeron.

Polo, cultura china.

Bajo la dinastía Tang se popularizó el juego de polo, que fue introducido a través de Persia. La afición a este deporte coincidió con la pasión tradicional de los chinos por los caballos.

La música

Los textos más antiguos de los chinos refieren a la música como gozo, placer y diversión. Xunzi, uno de los principales pensadores del siglo III a.C., la definió como el “movimiento del Corazón”. Los taoístas le asignaron un lugar preponderante basándose en que la propia Naturaleza aportaba sonidos para armonizar la vida, y los confucianos hablaban de la “música del alma”. Con esta fuerte carga simbólica, los artistas chinos interpretaron las más diversas melodías con instrumentos de cuerda, viento y percusión, tanto para sus rituales ceremoniales como para las fiestas populares.

Instrumentos de cuerda

Los más importantes son el Pi-pa y el Liuquin, ambas cítaras de cuatro cuerdas, y el Zheng, de 18 a 25 cuerdas. El Liuquin pertenece a la categoría de los tonos altos y se lo conoce como laúd hoja de sauce, por su particular forma, similar al Pi-pa, que es un poco más grande. También hay una extensa cantidad de instrumentos que por forma o cantidad de cuerdas son variedad de los citados.

Mujer china tocando la Pi-pa

Mujer china tocando el Pi-pa. Este instrumento de cuerda pulsada aparece citado por primera vez en textos que datan del siglo II a.C.

Instrumentos de viento

La mayoría de los instrumentos de viento ha perdurado en el tiempo y se ha popularizado como ningún otro. Los más importantes son el Sheng (flauta de hasta 36 obturadores), el Lusheng (flautin de carrizo), el Paisheng (siringa), el Hulusi (flauta de calabaza) y el Bawu (flauta de bambú de ocho orificios). También se destacan el Suona, un tipo de trompeta, y el Xiao, una flauta vertical.

El flautista tuvo un papel protagónico en la historia musical china desde los más remotos tiempos. Según la tradición la flauta transversal o ti, originariamente de bambú, tuvo su mayor desarrollo durante la dinastía Han.

Flautista de sheng

El sheng es uno de los instrumentos chinos más antiguos conocidos. Existen imágenes de este instrumento que datan del año 1100 a.C.

Instrumentos de percusión

Entre los instrumentos de percusión más destacados sobresalen los tambores, como el tambor mayor, el timbal, el tambor de bronce y los gongos. Igualmente, tradicionales son los cascabeles y los carrillones con campanas de bronce o de piedra, como el litófono o tsin, confeccionado con jade o mármol, en el que las piedras cuelgan de un cordel. Las campanas se colocaban en línea según su tamaño decreciente. Cada una de ellas estaba copiosamente ornamentada y exhibía una inscripción en oro que indicaba sus tonalidades. Estaban suspendidas sobre un eje transversal que podía ser de metal o de madera.

Las primeras campanas de bronce halladas corresponden a la dinastía Shang, donde tenían una función puramente ritual en las ceremonias religiosas. También se confeccionaban con una aleación de bronce con estaño. De este tipo de instrumento se han clasificado doce tipos que guardan una misma característica: cuanto más pequeña la campana, más alto su sonido.

Campana Jingyun, moldeada en el año 711 durante la Dinastía Tang.

La campana Jingyun, moldeada en el año 711 durante la Dinastía Tang, tiene 247 cm de altura y pesa 6500 kg. Actualmente cuelga en el campanario de Xi'an.

Jardines

El arte de la jardinería tiene, para los chinos, una importancia simbólica de gran magnitud. Considerado un microcosmos ideal, allí debía proyectarse la mayor armonía entre los individuos y su entorno natural. De alguna manera, la esencia del jardín encubre la del paraíso terrenal. Gracias al desarrollo del budismo y del taoísmo, los jardines también fueron parte del universo religioso, y resultaron comunes en los grandes monasterios y templos. Fundamentales en la vida de la corte imperial y signo de poder y riqueza, solían estar atravesados de cerros, cursos de agua y una frondosa y particular vegetación.

LOS JARDINES DE KANGXI: Corría el año 1677 cuando el emperador Kangxi ordenó reconstruir un jardín de los Ming. Rebautizado “Primavera gloriosa”, le sirvió de residencia, en la que reinaba un clima ideal. Años más tarde le ofreció a su heredero una construcción similar, conocido como Yuanming (Claridad Perfecta). Se trataba de un complejo artificial que abarcaba 350 hectáreas al noroeste de Pekín. En el interior del cuadro formado por la montaña y el agua que estructuran el jardín, emergen diferentes paisajes diseñados sobre la base de las más bellas regiones del país.

Jardín chino

Los jardines tenían una importancia trascendental en la vida de la comunidad, ya que constituían la recreación de un cosmos ideal donde desarrollar las más diversas actividades.

Las plantas y flores que forman un jardín chino tienen un profundo contenido simbólico. El loto, por ejemplo, representa la pureza que emerge del lodo. El sauce llorón constituye el símbolo de la docilidad y de la feminidad, y la leyenda admite que contribuye a repeler a los demonios. El bambú, por su parte, simboliza la modestia, la rectitud, la humildad y la eterna juventud.

Los jardines se desarrollaron durante el período de la dinastía Han, como un solar dedicado al descanso. Más tarde, con las dinastías Tang y Song, adquirieron una importancia estética y durante el imperio de los Ming y los Qing alcanzaron su plenitud. El principio básico de la jardinería china descansaba en el Feng-shui, un delicado estudio del entorno donde se quiere vivir para lograr una completa armonía con los individuos. El fin último era una óptima convivencia entre las personas y la naturaleza.

Los jardines se expandieron de las esferas imperiales a otros sectores sociales, especialmente a partir del siglo III a C. Los nuevos propietarios fueron los funcionarios y comerciantes ricos.

Jardinería china

Para algunos propietarios, el jardín constituyó el mayor espacio privado, en el que reinaba la más absoluta intimidad. Otros, en cambio, los abrían al público, haciendo ostentación de riqueza y poder.

Referencia:
Gimeno, D. (2008). Antigua ChinaGrandes Civilizaciones de la Historia. Editorial Sol 90.

Edad Antigua