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Egipto: El Templo de Luxor

Fachada del Templo de Luxor en la Antigua Tebas

Aunque la edificación original del gran Templo de Luxor se remonta al reinado de Amenhotep III, casi todos los faraones de Egipto quisieron dejar en él su propia huella para la eternidad. En efecto, su construcción fue continuada por los faraones Horemhab y Tutankhamón, pero fue sobre todo Ramsés II quien contribuyó a ampliarlo y embellecerlo.

Ubicado en Tebas, a poco más de 2 kilómetros de Karnak, Ramsés II añadió a la estructura ya existente un patio porticado, sostenido por 72 columnas dispuestas en dos filas, y un enorme obelisco en cuyas paredes están representadas escenas victoriosas de la batalla de Qadesh, tal como ocurría en Abu Simbel, todo precedido por seis estatuas colosales con el semblante del faraón y por dos obeliscos. De estos últimos hoy solo queda uno en su emplazamiento original, pues el otro fue donado por Mohamed Alí a los franceses, que lo colocaron en la Place de la Concorde de París.

Patio del Templo de Luxor

La plaza estaba adornada con seis colosos de Ramsés II, cuatro de pie y dos sentados.

El imponente edificio está precedido por la Avenida de las Esfinges, un “dromos” de unos 3,5 kilómetros por el que los antiguos egipcios realizaban procesiones durante la fiesta anual de la inundación.

El Templo de Luxor se erigió para honrar a la tríada tebana: lo dioses Amón, Mut y Khonsu. Aquí tenía lugar la fiesta de regeneración del faraón, llamada Opet, con la que el soberano se recargaba de energía vital. La fiesta se iniciaba con una procesión de las barcas de la tríada tebana que, a través del Nilo, partían del cercano templo de Karnak hasta Luxor. El pueblo, que no podía acceder al templo, aprovechaba esta fiesta para adorar a las divinidades durante el trayecto.

Mural alusivo a la fiesta de Opet

Mural alusivo a la fiesta de Opet

Cuando la barca del dios imperial Amón-Ra llegaba al santuario central, se iniciaban los ritos secretos de la renovación del mundo. Actualmente se han conservado unos espectaculares relieves en las paredes de la zona de acceso al templo que reproducen la procesión de las barcas divinas entre Karnak y Luxor. Y se cree que en la fiesta participaban soldados, bailarines, cantantes y músicos.

Además de ser el punto de destino de la procesión de la fiesta del Opet, el Templo de Luxor cumplía otra misión, la de deificación del soberano. Este culto, que se realizaba en presencia del faraón, permitía la unión de este con su ka divino, a través de la cual el monarca conseguía la condición de “ser divino” o personificación de Amón.

Recreación del Templo de Luxor en la ciudad de Tebas

Recreación del Templo de Luxor en la ciudad de Tebas

El templo despertó una merecida admiración en la antigüedad posterior, y fue restaurado primero por Alejandro Magno y más tarde por los romanos, mientras que su decadencia empezó con la dominación árabe, durante la cual sufrió un progresivo abandono. Fue incluso objeto de ocupación por parte de algunas comunidades cristianas, que borraron algunos de los jeroglíficos. En el siglo XIII se construyó una mezquita en su interior.

Mezquita de Abu el-Hagag

La mezquita de Abu el-Hagag, erigida sobre los restos del primer patio del Templo de Luxor, se encuentra actualmente en actividad.

Referencia:
Emse Edapp, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua