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Egipto: Unificación del Alto y Bajo Egipto

Alto y Bajo Egipto

Los primeros documentos escritos de la civilización egipcia se remontan al año 3000 a.C., aproximadamente. Antes de esa fecha, el territorio estaba dividido en dos reinos. En el norte se hallaba el Bajo Egipto, que iba desde Menfis (primera capital de Egipto) hasta la fértil región del Delta, una zona económicamente más desarrollada y conocida como la “tierra del papiro” por la gran abundancia de esta planta. En el sur se extendía el Alto Egipto, la “tierra de la cebada”, que comprendía desde Menfis hasta la primera catarata de Asuán, más allá de la cual comenzaba Nubia (región situada al sur de Egipto y al norte de Sudán, actualmente).

La fértil llanura en torno al río Nilo limitaba con el desierto, desde cuyos oasis partían las rutas comerciales hacia los puertos del mar Rojo. Debido a la escasez de terreno cultivable, la economía del Alto Egipto era más frágil y vulnerable, un aspecto que este reino compensaba con incursiones en los territorios vecinos gracias a la eficiencia de su aparato militar.

Nomos del Alto Egipto y Representación de Seth

El Alto Egipto y sus nomos (subdivisiones territoriales). Representación de Seth, dios supremo del Alto Egipto.

Por ese poderío militar, no es de extrañar que fuera el Alto Egipto el que llevara a cabo la unificación del país en torno al año 3200 a.C. Este logro se atribuye a Narmer, el primer soberano y fundador del período dinástico. Narmer es sin duda uno de los personajes más notables de la historia de Egipto, no solo por conseguir la unión de ambos reinos, sino porque decidió que los acontecimientos más relevantes de su reinado fueran registrados para que su gloria pudiese ser transmitida a las generaciones venideras.

Entre otras cosas, Narmer, hizo representar la unificación entre el Alto y el Bajo Egipto en una tablilla de pizarra que hoy se conserva en el Museo Egipcio de El Cairo. En ella se describe el acuerdo alcanzado entre los primeros jefes para sucederse alternativamente, dando lugar así a la I Dinastía, y se fijan las bases y las reglas para el desarrollo agrícola, político y religioso de la sociedad.

Paleta de Narmer

La “Paleta de Narmer” fechada entre el 3.200 y 3.000 a.C., fue descubierta en 1898 por James Quibell en el templo de Horus de Hieracómpolis (Nejen). Existen diferentes interpretaciones sobre el significado de sus grabados, tanto políticas: unificación del Antiguo Egipto; como religiosas.​ En ella se ve al rey Narmer luciendo la corona roja del Bajo Egipto y la corona blanca del Alto Egipto.

Los cánones explícitos para la primera dinastía, quedarían inalterados en lo esencial en los tres mil años de historia de la civilización egipcia. Es decir, los títulos aplicados a todos los faraones posteriores fueron definidos por los soberanos de la I Dinastía. A esta misma época se remontan los primeros trabajos de excavación de canales para el riego y la creación de un sistema político estable, que fijó los criterios de composición del gobierno y las responsabilidades de los altos funcionarios que se encargaban de la recaudación de impuestos y del control y defensa de las fronteras.

A partir de ese momento, para referirse a la unión del Alto y del Bajo Egipto se utilizó el nombre de “Las Dos Tierras”. En la misma ceremonia de coronación del rey se subrayó esta nueva realidad, pues el soberano era “aquel que reina sobre el junco y la abeja”, donde el junco representaba a las regiones del Alto Egipto (también representadas por la flor de loto) y la abeja a las del Bajo Egipto (también representado por el papiro).

Grabado del dios Hapi y la Corona Doble

Grabado del dios Hapi atando las plantas de papiro y caña en el símbolo de “sema tawy” para la unificación del Alto y Bajo Egipto. Sejemty, Corona Doble que portaban los faraones de Las Dos Tierras.

Referencia:
EMSE EDAPP, S.L. (2016). El Antiguo Egipto y las Primeras Civilizaciones. Bonalletra Alcompás.

Edad Antigua