Egipto: El río Nilo

Categoría: Edad Antigua

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Egipto: El río Nilo

El Nilo es uno de los ríos más fascinantes y misteriosos del mundo. Sus fértiles riberas vieron nacer una de las civilizaciones más antiguas de la historia de la humanidad, y todo gracias a la acción del limo (llamado por los egipcios kemet, es decir “negro y fértil”), que enriquecía la tierra con minerales tras las crecidas anuales del río, que se producían entre los meses de junio a septiembre. El río creaba la “tierra negra, fértil” (ta kemet) en los límites de la “tierra roja y desértica” (desheret).

Gráfico del ciclo de inundaciones del río Nilo

El Nilo, el mayor río de África y el segundo más largo del mundo (6.853 km, 209 metros menos que el río Amazonas que tiene 7.062 km de longitud), nace de dos fuentes principales (el Nilo Blanco y el Nilo Azul), pero aún hoy no se ha conseguido establecer con precisión dónde se halla su origen, debido a la complejidad de su cuenca hidrográfica. En el norte, el río fluye casi completamente por el desierto, atravesando Sudán y Egipto, dos países cuyo desarrollo y supervivencia han dependido de sus aguas desde hace milenios.

El Nilo y sus dos ramales: el Nilo Blanco y el Nilo Azul.

El origen del nombre del Nilo también es un misterio: algunos creen que proviene de la palabra persa nila, que significa “índigo”, por el color azul añil de sus aguas. Otros sugieren como hipótesis su relación con la divinidad griega Nilus.

Por su importancia para la vida, los egipcios trataban al Nilo como una auténtica divinidad. Hapi era el dios que representaba el poder benéfico y fecundador del río, y el guardián de las fuentes de las crecidas que, según se creía entonces, se encontraban en Elefantina, una isla situada en medio del Nilo. El pueblo egipcio veneraba el río y el faraón realizaba ofrendas para que las crecidas tuviesen lugar en la justa medida, y se evitara así la inundación de pueblos enteros. El Nilo no solo hacía posible el cultivo de trigo, cebada y lino, también proporcionaba pescado, atraía a búfalos y era una vía eficiente para el transporte de mercancías y personas.

Representación del dios Hapi, señor de los peces y las aves de las lagunas y pantanos, junto con las aguas del Nilo.

Desde el punto de vista simbólico, el Nilo era un canal que marcaba el límite entre la vida y la muerte. El este del río era el nacimiento y el oeste, el lugar de la muerte. De ahí que el dios del sol, Ra, renaciera cada día por el este para ir a morir al oeste. Y de ahí también que las tumbas y necrópolis de los antiguos egipcios se ubicaran en la zona de poniente del Nilo, porque creían que para acceder al mundo de ultratumba era necesario estar sepultado en el lado que simbolizaba a la muerte. Las ciudades y pueblos, por el contrario, surgían siempre en la ribera oriental.

Actualmente, la parte habitada de Egipto sigue concentrándose en la estrecha franja de tierra verde que produce el río.