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La India: Historia y origen cultural

El Indo y el Ganges

Los ríos de la India, con la fertilidad de su limo, fueron los que convencieron a los pueblos nómades de su sedentarización y de sentar las bases de una nueva civilización. Luego se convirtieron en un medio de transporte del comercio y de viajeros. El Indo y sus afluentes unificaban el Punjab y el Sind, mientras que el Ganges y sus afluentes unían la India septentrional desde Rajputana hasta Assam. Sobre sus orillas y desembocaduras surgieron los grandes centros urbanos, que se convirtieron en centros de riqueza, refinamiento y poder.

Vestigios prehistóricos en la India

Los primeros testimonios de la presencia humana en la India remiten a la era paleolítica. Se trata de astillas de piedra trabajada, halladas a lo largo del curso del río Soan, un pequeño afluente del Indo. Se supone que esas herramientas primitivas eran producidas por poblaciones procedentes de Asia Central, que avanzaron sobre el subcontinente indio hace unos 400.000 o 200.000 años, durante el segundo período interglaciar.

En la era mesolítica, unos 30.000 años atrás, avanzó sobre la India una segunda oleada migratoria, integrada por tribus cazadoras y recolectoras, que a su paso dejaron herramientas y armas de piedra. Los antropólogos hablan de contingentes de poblaciones provenientes de África. Esta doble vertiente demográfica explicaría por qué la cultura india tuvo dos polos principales que se mantuvieron a lo largo de toda su historia: uno, al norte, derivado de la matriz indoeuropea, de fuerte contenido ario, y otro, al sur, denominado “dravídico”.

Mapa de la India donde se señala con flechas rojas la dirección que traía la migración aria. Mapa de la India donde se señalan con color rojo las zonas que en la actualidad hablan alguna lengua de origen dravídico
En el primer mapa de la India se señala con flechas rojas la dirección que traía la migración aria. En el segundo mapa se señalan con color rojo las zonas de la India donde en la actualidad hablan alguna lengua de origen dravídico.

Primeras organizaciones sociales

Hacia el año 6000 a.C., instaladas ya en el subcontinente, estas etnias cambiaron la caza por la agricultura y el pastoreo, inaugurando una vida sedentaria. Muestras de ello son los restos de construcciones hechas con ladrillo cocido al sol, junto con esqueletos de animales domésticos, como cabras, ovejas, cerdos, perros, asnos y caballos.

En el Beluchistán (región histórica de Asia situada entre Irán, Afganistán y Pakistán) se han encontrado los primeros vestigios de vajilla de arcilla cocida, que responden a una doble característica: una cerámica, predominante en el sur de Beluchistán y el Sind, de fondo claro o marrón; y la otra, de fondo rojo, prevalece en el norte de Beluchistán. Al norte de Quetta, en los yacimientos arqueológicos del cauce del río Zhob, se han encontrado estatuillas de alfarería que representan animales parecidos a toros o cebúes y figuras femeninas con tocado, probablemente relacionadas con la fertilidad, además de símbolos fálicos en piedra y cerámica, decorados con motivos naturalistas y también geométricos.

Ruinas de la antigua ciudad de Mehrgarh en la región de Beluchistán Estatuillas femeninas encontradas en el sitio arqueológico de Mehrgarh
Ruinas de la antigua ciudad de Mehrgarh en la región de Beluchistán. Estatuillas femeninas encontradas en el sitio arqueológico de Mehrgarh.

Se cree que esta región fue el emplazamiento de los iniciales asentamientos agrícolas del sur de Asia, el primero de los cuales fue Mehrgarh, entre 6000 a.C. y 2.600 a.C. aprox. Se presume que entre los años 2600 y 2000 a.C., la ciudad fue en gran parte abandonada, por la aridez de la tierra que impedía cosechar y escases de agua que impulsó a sus pobladores a buscar los valles fértiles del Indo. Por esta época la cultura del valle del Indo estaba en sus etapas iniciales de desarrollo.

Culturas prearias del Indo

Las excavaciones llevadas a cabo por los arqueólogos han encontrado escasos pero indiscutibles indicios que registran los inicios de un proceso de sedentarización y urbanización propios del Neolítico. Este desarrollo fue protagonizado posiblemente por pueblos procedentes del Asia Central que se habían asentado en el subcontinente indio, especialmente en el valle del río Indo. Más tarde, se fusionaron con aportes demográficos provenientes probablemente de África y que, antes de arribar a la India, habían vivido una etapa de relativa sedentarización en el actual territorio de Irak, anterior al desarrollo de los sumerios. Estos últimos aportes poblacionales suelen ser englobados bajo el nombre de "drávidas".

Migraciones arias hacia la India en el 2500 a.C. aprox.
Migraciones arias hacia la India en el 2500 a.C. aprox.

Fruto de estos mestizajes, en la zona del actual Pakistán se generó la civilización del valle del río Indo. La misma se consolidó cuando Egipto ya era un imperio con gran presencia en el área del Mediterráneo oriental y la vecina Sumeria estaba en su apogeo, lo que significa que ya cobraban fuerza el intercambio comercial y su correlato de hegemonías militares, económicas y culturales.

El desarrollo en las técnicas de la agricultura y la domesticación de animales, vinculado al mejoramiento de los métodos de pastoreo, afianzó la sedentarización, que pronto dio pie a una creciente urbanización. Hacia el 2600 a.C., en la región de Amri, surgieron los primeros ejemplares de la cerámica del valle del Indo, influenciada seguramente por la cultura de Mohenjo Daro, el principal centro de civilización, ubicado a tan sólo 150 km de Amri. Puede decirse que, a partir de esta etapa, la civilización de la India se echa a andar con características tan inconfundibles, que se mantienen hasta la actualidad.

Primeros núcleos poblacionales sobre el valle del río Indo.
Primeros núcleos poblacionales sobre el valle del río Indo.

El surgimiento de las ciudades se asoció, como en otras culturas, con la configuración del Estado, expresión del control por parte de los sectores dirigentes de conjuntos sociales estructurados en clases o castas. Las dos ciudades más importantes de la civilización del Indo fueron Harappa y Mohenjo Daro. La arqueología pudo establecer sus áreas de hegemonía, ya que, en el caso de Harappa, se han encontrado utensilios y expresiones artísticas harappanas hasta la zona donde hoy se levanta Nueva Delhi. Se calcula que la civilización de Harappa desapareció aproximadamente en el 1500 a.C.

El avance ario

La mayoría de los historiadores coincide en que -según los registros arqueológicos- un grupo étnico integrado por tribus arias llegó al valle del Indo desde la meseta de Ankara hacia 1500 a.C. y dominó o desplazó a los drávidas hacia el sur. Por cierto, la lingüística y la filología también hacen su aporte a la investigación histórica: en la actualidad, más de 180 millones de personas todavía hablan numerosas lenguas consideradas dravídicas, que representan el cuarto grupo lingüístico del mundo.

El avance ario sobre la India 1500 a.C.

Los arios desarrollaron la cultura védica, de la cual se nutrió la religión del hinduismo. Hacia el año 1500 a.C. los arios ya estaban asentados en el Punjab, zona situada entre lo que actualmente son el Pakistán y la India. Traían consigo su panteón de dioses indoeuropeos, que eran principalmente masculinos, y un sentimiento religioso de carácter panteísta. Curiosamente, los dioses del panteón védico sobrevivieron en el hinduismo tardío, bajo la supervisión de los brahmanes, pero ya no volvieron a ser objeto de culto.

El desafío a los brahmanes

Al calor de los inevitables conflictos de clase, por el híbrido formado en la región del valle del Indo, en el siglo V a.C. cobró fuerza entre los sectores desposeídos nuevas creencias religiosas, que, precisamente, a través del desapego de los bienes materiales, manifestaba su crítica hacia los poderosos. En este contexto sobresalió Siddharta Gautama (566-467 a.C.), quien pasó a la historia como el Buda, es decir, el Iluminado. A diferencia del hinduismo brahmánico, el budismo no proponía nuevos dioses y sus enseñanzas no eran percibidas por sus seguidores como un dogma de fe. Al contrario, el creyente budista podía buscar la verdad por sus propios medios, cuestionando las creencias existentes y practicando las enseñanzas del Iluminado hasta comprenderlas personalmente e interiorizarlas.

Los bráhmanes son los miembros de la casta sacerdotal del hinduismo
Los bráhmanes son los miembros de la casta sacerdotal del hinduismo, en la época védica (antes del siglo V a.C.) los sacerdotes eran los encargados exclusivos de cantar los himnos del Rig-veda, aquellos que lo hiciesen sin pertenecer a esta casta eran castigados.

En la misma época, enfrentado al poder de los brahmanes, Vardhamana Mahavira (540-467 a.C.) propuso una serie de ideas y principios que, con el tiempo, configuraron la religión jainista. Su concepción básica partía de una perspectiva igualitaria de las almas, sin importar las diferencias en la forma física. Todo era para él digno de piedad y consideración: desde el mismo ser humano, hasta los animales y las plantas.

ASOKA: El primer emperador budista

En un proceso similar al que posteriormente vivió el cristianismo en Roma cuando fue reconocido como religión del imperio, el budismo fue transformado en credo oficial de la India bajo la dinastía de los Maurya. El rey maurya Asoka (269-233 a.C.), conocido como “el León sangriento” por su ferocidad en la guerra, de pronto abrazó el budismo y se convirtió en “el Piadoso”. Asoka amplió el Imperio Maurya hasta Afganistán y Karnataka y lo pobló de maravillosas stupas, entre ellas la de Sanchi.

La Gran Stupa de Sanchi
La stupa es el monumento arquitectónico más representativo de la India budista. La Gran Stupa de Sanchi fue construída durante el reinado de Aśoka el Grande el primer emperador que impuso el budismo en la India.

Tras la muerte de Asoka, el imperio comenzó a fragmentarse en diversos reinos y señoríos. En el sur, tras la caída de los Maurya, las dinastías Satavahana (100 a.C.-220 d.C.) e Ikshvaku (225-310) fundaron sendos imperios. Otra dinastía del Decán oriental fue la de los Vakataka (250-550), de cuyo reinado datan muchas de las esculturas y pinturas de las grutas de Ajanta. En el Decán occidental, la dinastía Chalukya se hizo con el poder. Pulakeshin, el más poderoso de sus gobernantes, construyó grandes templos en Badami, Pattadakal y Aihole.

En el extremo sur, los reinos gobernados por las dinastías Chera, Chola y Pandyan dominaron amplios territorios entre el 400 a.C. y el 400 d.C. Otra importante dinastía del sur fue la Pallava, que gobernó entre el 275 y el 550 d.C. Esta situación cambiante se mantuvo en tiempos en que el mundo mediterráneo estuvo bajo la hegemonía romana y, luego, bizantina.

El Reino Pallava
Como secuela de la descomposición de la dinastía Maurya durante el siglo II a. C., la India se convirtió en una mezcla de culturas regionales. El Reino Pallava marcó un momento de gran espiritualidad en la India meridional.

Por su poderío económico y cultural, la India fue codiciada por otros imperios, que no dudaron en invadirla y hacerla suya. No todos lo lograron, pero algunos sí, como, por ejemplo, los musulmanes y mogoles. Sin embargo, la colonización europea -en especial, la inglesa- fue acaso la más sibilina, porque se disfrazó de representante de la auténtica civilización y el verdadero progreso para perpetuar la rapiña. Colonia británica, la India alcanzó la independencia en 1947.

Referencia:
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. India. Editorial Sol 90.

Edad Antigua