Grecia: Civilización minoica
La primera civilización griega
Cerámica; Teseo da muerte al minotauro
La isla de Creta, montañosa pero fértil, fue testigo del surgimiento de la primera gran civilización sobre el suelo europeo. Hasta hace menos de un siglo, no se conocía casi nada de ella. Sin embargo, la leyenda de la Grecia clásica habla de Minos, rey de Creta que dominaba el Egeo con su poderosa armada. Este rey vivía en un palacio en que el símbolo sagrado era el hacha con doble hoja. No se sabe si Minos fue realmente un gobernante histórico o sólo un personaje mitológico. No obstante, no hay dudas sobre la sofisticación y prosperidad de los palacios de la Edad de Bronce, civilización que toma su nombre del rey cretense (civilización minoica).
Los primeros asentamientos humanos de Creta datan del 6000 a.C. y constituyen uno de los primeros pueblos fundados bajo el palacio de Cnosos. Los iniciadores de la civilización griega han sido ubicados por los historiadores poco antes del año 3000 a.C. En ese entonces la península de los Balcanes y las islas cercanas estaban habitadas por algunos pueblos a los que los griegos posteriores llamaron pelasgos, léliges y carios. Al parecer, estos fueron sus antecesores. Pero las primeras civilizaciones importantes fueron: la cretense y la minoica.
Mapa de Grecia
Las primeras señales de Creta
El estudio de la historia de Grecia inicia en la isla de Creta, en el Mediterráneo. El punto de partida es el descubrimiento realizado a finales del siglo XIX y comienzos del XX por el arqueólogo británico Arthur Evans en el norte de la isla, en una ciudad llamada Heraclión. El arqueólogo encontró las ruinas del palacio de Cnosos en 1900, que por la técnica en su construcción podía emparentarse con las construcciones de Oriente, aunque éste fue construido mucho tiempo después. Evans descubrió un gran complejo palaciego que contenía más de 1000 habitaciones, en el norte de Kefala, a cinco kilómetros de la costa norte de Creta. En su interior se halló un número bastante grande de tablillas de arcilla escritas en una escritura que denominaron lineal A. con base en estos documentos y en las excavaciones, Evans propuso que Creta tuvo varios periodos, llamados por él minoicos, por ser el rey Minos uno de los reyes que gobernó la isla desde Cnossos. Los periodos minoicos fueron tres: temprano, medio y tardío.
El periodo en el cual se han obtenido más datos es el tardío; sin embargo, se observa que desde el periodo medio se construyeron varios palacios en la isla. De esto se deduce que ya había centros urbanos divididos socialmente.
Arthur Evans y su equipo durante la excavación y reconstrucción del palacio de Knosos.
La civilización cretense
Alrededor del 6000 a.C. llegaron los primeros pobladores a la isla, desde Asia Menor. Conformaban una sociedad típicamente neolítica. En los cuatro mil años siguientes esta gente tuvo un constante progreso: desarrollaron los oficios (alfarería, tejidos, metalurgia, etc.), la arquitectura, las artes y el comercio.
En la primera mitad del tercer milenio, entre 2000 y 2600 a.C., comenzó a sobresalir una cultura que se desarrolló en la isla de Creta. La civilización minoica entro en su periodo de esplendor y se convirtió en el primer poder marítimo del Mediterráneo, no tanto en razón de su fuerza militar como de su potencia cultural, llegando a convertirse en una de las primeras culturas que hicieron posible el surgimiento de la civilización griega.
En el periodo tardío (1700 a.C. aproximadamente), la civilización minoica llego a su punto más importante, gracias a su predominio naval. Pero un siglo más tarde, hacia el año 1560 a.C., un terremoto puso fin a la prosperidad de esta cultura.
Después de la destrucción de varios palacios a causa de un terremoto o la erupción de un volcán, el palacio de Cnosos sobresalió como centro administrativo y político de toda la isla. Era una construcción con muchas habitaciones y corredores entrelazados. Por este motivo los griegos lo llamaron laberinto y lo relacionaron con la fábula del Minotauro. Por la temática tranquila de las pinturas y la ausencia de murallas alrededor del palacio de Cnosos, se estima que esta comunidad no fue guerrera y tampoco tuvo en ese tiempo enemigos o invasores, a pesar de tener una elevada especialización artesanal y metalúrgica.
Ciudades ricas y activo comercio marítimo
La agricultura estaba muy organizada en pequeñas y medianas parcelas trabajadas por hombres libres. Se cultivaban olivo, vid, palmas datileras, trigo, cebada y legumbres, y se criaban vacunos y ovinos. En aquellos tiempos había numerosos bosques que proporcionaban humedad a la tierra y maderas para la construcción de barcos.
Lo distintivo de esta civilización fue el activo comercio de sus prosperas ciudades con Egipto, los puertos de Siria (y a través de ellos, posiblemente, con Babilonia) y el sur del Peloponeso.
Los cretenses fueron audaces navegantes y excelentes comerciantes; crearon un verdadero imperio económico en la cuenca del Mediterráneo oriental. Simultáneamente desarrollaron una cultura muy refinada, que fue precursora de la Griega o Helénica, llamada así, por el legendario Helen, considerado el padre de los griegos.
La base económica de la isla fue la agricultura junto al comercio que favoreció la talasocracia. Este término del griego Talassa, que traduce mar, designa el gobierno del mar a través del comercio. En el caso de los Minoicos hace referencia al control que tuvo la isla de Creta sobre el mar Egeo, regulando los intercambios comerciales con Egipto y el Cercano Oriente. Este se efectuaba por medio de una flota mercante que navegaba por todo el Mediterráneo.
Los minoicos exportaron vinos, aceites y productos manufacturados como cerámicas y objetos en metal; e importaron, cobre de occidente, estaño de Chipre, plata, oro y marfil, con los cuales fabricaban objetos para la venta. En los hallazgos arqueológicos de la isla se han encontrado anillos y sellos elaborados en marfil, oro y piedra, lo que da cuenta del intercambio comercial.
Ciudades populosas y bien organizadas
Creta fue una isla próspera, casi tan rica como Mesopotamia o Egipto. Pero se diferenciaba de ellos en la forma como distribuía socialmente la riqueza. Los especialistas en el estudio de la civilización minoica sostienen que el estándar de la vida en Creta -inclusive el de los campesinos- era alto. Fundamentan en esta apreciación el no haber encontrado, en sus excavaciones, evidencias de condiciones muy pobres de vida. Más aún las casas, incluso las más modestas, eran prácticas, cómodas y muy bellas.
Las clases gobernantes vivían con la misma opulencia que caracterizó a los nobles y a la realeza en todo el mundo antiguo. Pero no acapararon las riquezas del Estado para su beneficio o gloria. Una parte de los ingresos públicos se empleó sistemáticamente para mejorar las condiciones de vida de toda la población.
Festejo ceremonial en el Palacio de Cnosos
El progreso alcanzado por esta civilización solo fue reconocido recientemente por los científicos del mundo, gracias a los resultados de excavaciones hechas por más de cincuenta años. Estas permitieron descubrimientos asombrosos: salieron a la luz ciudades con palacios de muchos pisos, villas, granjas, instalaciones portuarias, sistemas viales que cruzaban la isla de un extremo a otro, lugares organizados de culto, cementerios planificados, redes de acueducto y alcantarillado.
Los cretenses vivían en ciudades-estado, cada una gobernada por un monarca. Sus habitantes convivían pacíficamente: comerciaban, realizaban eventos culturales y proyectos conjuntos por el bien común. El más importante de estos centros urbanos fue Cnosos. Las ciudades disponían de sistemas de desagüe e instalaciones sanitarias. Se habían encontrado también obras civiles como viaductos, caminos pavimentados, refugios viales, cañerías de agua, fuentes, estanques y obras de irrigación a gran escala.
Los grandes palacios
La sociedad y las costumbres guardaban semejanzas con las de sus vecinos orientales. Comerciantes y sacerdotes disfrutaban de riquezas y elevada posición. La organización política se pareció a la de Egipto. Durante el primer período, conocido como “los primeros palacios” (2000-1700 a.C.), cada ciudad debió ser un Estado gobernado por un rey, al que asistían numerosos funcionarios. En un segundo período, los “nuevos palacios” (1650-1400 a.C.), una monarquía centralizada impuso desde Cnosos su denominación en Creta y las islas Cícladas. Las ruinas y tablillas de escritura revelan la existencia de cortes fastuosas y burocracias jerarquizadas.
Reconstrucción digital del Palacio de Cnosos
Cnosos
El palacio se construyó alrededor de un gran patio central, del cual partía una red de pasillos que enlazaba almacenes, oficinas, cocinas y talleres. Esta planta baja y el primer piso, ambos similares, debieron dar lugar a la leyenda del laberinto, pues se construyeron probablemente sobre los restos del primer palacio (destruido aproximadamente en 1715 a.C.) y carecían de luz y la amplitud de los pisos superiores, donde un vasto aparato burocrático controlaba el funcionamiento del Imperio.
Los pisos superiores del palacio contrastaban con los inferiores. Alojaban las oficinas principales del Estado, el salón real de Minos y las habitaciones privadas, todo construido en un estilo ligero y fantasioso. Donde fue posible, las columnas afiladas se sustituyeron por paredes, y las habitaciones eran luminosas. Este estilo arquitectónico, quizás uno de los más notables de la Antigüedad, fue completamente original, sin reminiscencias egipcias o asiáticas. Los minoicos, obviamente, amaban la naturaleza, la ligereza y la fantasía. Esto puede verse no solo en la arquitectura de sus palacios, sino en muchos de los frescos con los que decoraban.
A los apartamentos reales de Cnosos se llegaba mediante una impresionante escalera que sobrepasaba las dependencias administrativas y discurría por la parte exterior del palacio. A lo largo del corredor que conducía a la escalera, un gran número de frescos en miniatura ilustraban la vida ceremonial de la corte. En todos estos frescos predominan las mujeres; de aquí la presunción de que desempeñaron un importante papel en la vida minoica.
Damas de azul. Esta famosa imagen fue pintada por Gilliéron a partir de unos pocos fragmentos del original. Copió los rostros de otro fresco de Cnosos, el de los Coperos.
Pese a la influencia egipcia, la arquitectura cretense fue más funcional que monumental. Los minoicos construyeron grandes palacios por toda la isla de Creta, los cuales se convirtieron en el centro económico, político y religioso de las comunidades. Tenían forma rectangular, varios pisos y diversos espacios: sala del trono real, salas para espectáculos, cultos, oficinas, talleres, almacenes, habitaciones y hasta baños. Un sistema de tuberías de cerámica y bronce llevaba el agua hasta las habitaciones del palacio de Cnosos.
Las columnas se inspiraban en las egipcias, pero eran lisas, menos altas y terminaban en un capitel en forma de cojinete. Los complicados corredores con el adorno del labrix o doble hacha, dieron el origen a la palabra laberinto, para referirse a ese tipo de corredores sin salida visible. Según leyendas griegas posteriores, en el laberinto de Cnosos estaba encerrado el terrible minotauro.
Ruinas del palacio de Cnosos. Se encuentran a unos 5 km al sudeste de la actual ciudad de Heraclión y al oeste del río Kairatos.
En suma, la mayoría de los palacios minoicos:
- Se construyeron alrededor de un patio central.
- Tenían áreas extensas para el almacenamiento de productos alimenticios, incluso se han encontrado grandes tinajas que debieron contener en su tiempo aceite, granos y vino.
- Usaron la piedra y la madera para su construcción. Tenían un sistema de drenaje de las aguas.
- Tuvieron talleres, lo que indicaba que en ellos trabajaban diferentes artesanos como carpinteros, escultores, alfareros, herreros, tejedores, pintores, y otros especialistas necesarios para atender la organización de un palacio.
- Celebraron el famoso salto del toro, lo que fue representado en los frescos y figurillas encontrados en la isla.
- Encargaron a los escribas de llevar las cuentas de los materiales que se usaban y los artículos que se fabricaban.
- Permitieron que a su alrededor los campesinos y artesanos construyeran sus viviendas.
Un pueblo amante de la naturaleza
El diseño arquitectónico enfatizó en la belleza de los detalles, en asegurar luz natural a las habitaciones, privacidad, comodidad y contacto con la naturaleza. Por eso los jardines son el elemento esencial en toda la arquitectura minoica. Tanto las paredes como los cielo rasos y pisos, se decoraban con pinturas. Los motivos -plantas, animales, festividades al aire libre- muestran la gran veneración que los cretenses sentían por la naturaleza.
Esta actitud se relaciona con el aprecio que sentían por el cuerpo humano. El vestuario destacaba su belleza al tiempo que posibilitaba la libertad de los movimientos. El ejercicio físico y los deportes eran muy valorados. Con frecuencia se entrelazaban con las actividades religiosas.
La escritura
Los minoicos desarrollaron una escritura para llevar las cuentas de los palacios, es decir para saber cuántas mercancías entraban y salían. Los textos descubiertos en la isla de Creta fueron clasificados como pictográficos y lineales, dividiendo estos últimos en dos clases, lineal A y lineal B.
Los pictogramas se encuentran en los sellos de arcilla, pero esta escritura pronto se sustituyó por la escritura lineal, una escritura de caracteres lineales. El lineal A fue la escritura usada en Cnosos, mientras que la del lineal B fue usada por otra cultura posterior llamada micénica. En 1939 se descubrieron otros textos de escritura lineal B en el Peloponeso que facilitaron que, en 1953, Michael Ventris y Chadwick lograran descifrar la escritura usada en el lineal B. Esta escritura resulto ser una forma primitiva del griego. El lineal A continúa siendo aún una escritura ininteligible.
El disco de Phaistos (Edad de bronce) y tablilla con escritura Lineal B. Museo de Heraclión.
El disco de Phaistos: es uno de los mayores misterios sin resolver de la arqueología moderna. Fue encontrado en el sur de Creta en 1908, y sus dos caras están impresas con espirales de jeroglíficos, agrupados en 61 palabras. Se ha comprobado que, aunque por la época y el lugar podrían coincidir, no se trata ni de lineal A ni lineal B.
La lengua minoica: Arthur Evans nunca logró descifrar el contenido de las tablillas descubiertas en Cnosos. Sí concluyó que se distinguían dos tipos de escritura, o más bien dos lenguas, el Lineal A y el Lineal B, y que correspondían a inventarios, pues fue capaz de diferenciar la gran cantidad de listados y «números» que en ellas aparecían.
La religión minoica
La religión tenia influencias orientales y elementos originales egeos. La religión minoica refleja un culto a la fertilidad y los elementos de la naturaleza, observable en las cuevas de la isla, a las que los minoicos convirtieron en centros de culto y en donde se han podido hallar diferentes artefactos para celebrar la adoración a la naturaleza. La característica más importante de la religión minoica es la presencia de la gran diosa de la fecundidad, una diosa que preside casi todas las representaciones, y a la cual se le ha dado el nombre de diosa-madre, como si la serpiente cumpliera la función de protección del palacio.
Estatua de la sacerdotisa de las serpientes. En ella la sacerdotisa sostiene dos serpientes en sus manos como símbolo de su domino del llamado poder de las serpientes. Las dos serpientes simbolizan la energía sexual transformada.
Los griegos de época posterior crearon una serie de historias acerca de la isla de Creta. Según la mitología griega, el rey Minos era hijo de Europa y de Zeus y se casó con la reina Pasifae; al querer engañar al dios Poseidón con el sacrificio de un toro, el dios hizo que Pasifae se enamorara de este. Fruto del amor de Pasifae y el toro nació el Minotauro, una criatura mitad hombre y mitad toro. Minos ordeno entonces a Dédalo, un artesano ateniense, que construyera un laberinto para ocultar al Minotauro, y allí residió por un buen tiempo, hasta que Teseo, el héroe nacional de Atenas lo derrotó, gracias a la ayuda de Ariadna, la hija del rey Minos. Es muy probable que este mito este reflejando el dominio que tuvo algún momento Creta sobre Atenas, ya que Teseo derrotó al Minotauro para evitar que los jóvenes atenienses fueran sacrificados ante éste.
Mentalidad y costumbres
Para los cretenses la religión era un asunto feliz. Adoraban a la diosa naturaleza y el culto se celebraba en capillas, santuarios al aire libre o cavernas sagradas. En él ocupaban un lugar primordial los sagrados juegos taurinos, cuyo objeto era invocar el poder divino para que otorgara bienestar a toda la sociedad.
Entre los ritos había competencias deportivas o “corridas de toros”, en las que se mezclaba el atletismo y la acrobacia: en esos juegos, jóvenes de ambos sexos divididos en equipos, se turnaban para coger los cuernos de un toro en arremetida y dar una voltereta sobre su lomo. Algunos autores piensan que esta es la mejor expresión de la igualdad solidaria existente entre hombres y mujeres en Creta.
Fresco del salto del toro, que muestra a un acróbata sobre un toro con dos mujeres acróbatas a los lados. Año 1450 a.C. Museo Arqueológico de Heraclión.
Cuanto sabemos sobre la civilización minoica -su desarrollo y prosperidad, su preocupación por el bienestar colectivo, su sensibilidad estética, su amor por la naturaleza, la ausencia de fortificaciones en sus ciudades o escenas bélicas en sus representaciones artísticas y artesanales- muestra lo esencial de los cretenses: su alegría de vivir que dio lugar a prácticas sociales placenteras, ordenadas y, por encima de todo, pacificas.
Herencia cultural de Creta
Los cretenses alcanzaron gran perfección en las artes. Pinturas de vivo y variado colorido decoraban las paredes con escenas de la vida cotidiana. Aunque no conocieron el hierro, sus trabajos en bronce fueron superiores a los orientales. En oro dejaron algunas piezas como máscaras, brazaletes, collares, sortijas y vasos labrados con escenas de caza, ritos y deportes taurinos. La cerámica fue la mejor trabajada en aquellos milenios; vasijas y vasos aparecen decorados con peces, moluscos y algas de diversos colores.
Residencia de la reina. Fresco de los delfines en el Palacio de Cnossos (Creta).
Dos aspectos llaman la atención en los labrados, dibujos y pinturas cretenses: hombres y mujeres son los más representados y aparecen en ágiles movimientos, al igual que los animales; a diferencia de los dioses y animales rígidos que dominan en esculturas y pinturas de Egipto y Mesopotamia.
Otras obras nos hablan de la vida cotidiana en los palacios. Usaron materiales como el lapislázuli y el marfil, los cuales no se encontraban en la isla de Creta; al parecer provenían de Asia central y África, lo cual nos demuestra el contacto de Creta con otras regiones.
A diferencia de la pintura egipcia, que se realizó al interior de las tumbas, la pintura cretense estaba en las paredes de los palacios y casas y en los trabajos de alfarería. La cerámica minoica sobresale por la decoración de jarrones, vasos y cántaros con motivos geométricos y de la naturaleza. Fue reconocida en Egipto y el Próximo Oriente, incluso se exporto a dichos lugares y su técnica fue copiada en toda la región del Egeo.
Fresco del Minotauro
Desaparición de Creta
El intercambio de productos e ideas de los egeos con los egipcios, hititas y otros pueblos del Cercano Oriente, hicieron de esta civilización un puente cultural entre Oriente y Europa. Por Creta y demás islas del Egeo pasaron los adelantos y experiencias orientales al continente europeo, el cual estaba habilitado por tribus que aun vivían en el periodo Neolítico y comenzaban a trabajar los primeros metales.
Desde el siglo XIV a.C. la vida activa y floreciente de Creta comenzó a debilitarse. Las causas se desconocen, pero se presume que fue la erupción volcánica de la vecina isla de Thera (hoy Santorini), situada a unos 160 Km al norte, la afectó. Otros investigadores argumentan que Creta fue conquistada por enemigos extranjeros, específicamente por Micenas, una ciudad-Estado que se había venido desarrollando en el Peloponeso (al sur de los Balcanes) casi al mismo tiempo que Creta. Ésta última es la teoría más aceptada.
Recreación de erupción volcánica, isla de Santorini.
La antigua Thera
A mediados del segundo milenio a. C., el volcán Strongyle entró en erupción y sepultó parte de la isla de Thera, donde se asentaba una cultura que debió estar en contacto con Creta en aquellos tiempos. Esto afecto enormemente a los minoicos, ya que la piedra pómez y la ceniza, expulsada por el volcán, dañaron seriamente los cultivos de la isla de Creta.
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