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Mesopotamia: Los Acadios

La tierra de Acad era una región del norte de Caldea, o sea, la Baja Mesopotamia. Estaba situada entre Asiria, al noreste, y Sumeria, al sur. Durante el período de la historia mesopotámica anterior a Babilonia, se originó la lengua acadia. A partir del III milenio a.C. tribus de pastores semitas, originarias de la Península Arábiga, se fueron extendiendo hacia el norte e ingresaron en la región mesopotámica. A lo largo de su derrotero surgieron diversas etnias, como los amorreos, los fenicios, los israelitas y los arameos. En Mesopotamia, los más importantes de estos grupos fueron los acadios, más presentes en el área del norte de la región, en la que se levantaba la ciudad de Kish. El Imperio Acadio fue el primer gran imperio de la historia.

Acadios y Semitas

Pese a la existencia de las listas reales su­merias, la historia de este período es en gran parte desconocida. En efecto, mu­chos de los reinados registrados en ellas tienen fechas muy contradictorias y nu­merosos reyes integran más la mitolo­gía que la realidad. A partir del siglo XVII a.C., la redacción de las listas reales res­pondió probablemente más al deseo de los monarcas de atribuir a su linaje un ori­gen épico que a una genealogía verda­dera. Sin embargo, sí se conocen pasa­jes verosímiles de la historia de este período. Es el caso de los relatos grabados en la llamada "Estela de los Buitres", que narra la historia de una disputa territorial entre los monarcas de Umma y Lagash. Tras un período de decadencia en ambas ciuda­des, Lugalzagesi, nuevo monarca de Umma, conquistó Lagash y unificó toda Sumeria, iniciando incluso una expansión hacia el Mediterráneo. La hegemonía de Umma no duró mucho. Hacia 2385 a.C., aún durante el reinado de Lugalzagesi, Sargón (2371-2316 a.C.), nombre semita que en acadio sig­nifica rey legíti­mo, tomó el poder en la norteña ciudad-estado de Kish inició el surgimiento de los acadios. Los semitas, procedentes posiblemente de Arabia, se asentaron a lo lar­go de Mesopotamia a partir del año 3000 a.C. y, en tiempos de Sargón, ya habían ocupado en las áreas del norte, como era el caso de Kish.


Sargón el Grande. Rey de origen Acadio, logró unificar toda la mesopotamia bajo un mismo mandato, constituyendo un gran imperio.

La dinastía de Sargón de Acad fue la primera a lo largo de la historia que consiguió el dominio sobre pueblos diversos culturalmente, con lo que se puede decir que constituyó el primer imperio de la historia. Durante este período se difundió la lengua acadia, que adoptaría la escritura cuneiforme sumeria y, progresivamente, fue sustituyendo a esta lengua. Hacia 2340 a.C. Sargón fundó una nueva capital en la que asentarse a la que llamó Agadé -cu­ya ubicación es aún hoy desconocida- y se lanzó a la conquista de las ciu­dades sumerias y elamitas, venciendo a Lugalzagesi y arrebatándole así la hegemo­nía. Hacia 2370 a.C. consi­guió expandir su dominio al resto de Mesopotamia: el va­lle del Éufrates, el alto Khabur y el valle el rio Diyala, llegan­do probablemente hasta Anatolia. Sargón se convirtió así en el primer monarca his­tórico que logró unificar to­da la cuenca mesopotámica bajo un mismo mandato. De este modo, la figura de Sar­gón fue un referente para los monarcas que, más tarde, as­pirarían a configurar una en­tidad política amplia, con vi­sos de transformarse en imperio. Sin embargo, tras la muerte de Sargón, las ciu­dades conquistadas se su­blevaron para sacarse de encima la hegemonía acadia. Su hijo Rimush desató una cruel re­presión, lo que le valió ser asesinado. Lo sucedió su hermano Manishutusu, quien igualmente murió asesinado.


Estela de Naramsin, datada en el III milenio a.C. La estela muestra al rey Naramsin, nieto de Sargón, con la tiara de cuernos reservada a los dioses, rodeado de sus soldados y pisoteando a los vencidos. Durante las guerras entre ciudades, se extendió la costumbre de convertir a los derrotados en esclavos. equivalió a una "revolución tecnológica": el empleo de mano de obra gratuita permitió un gran incremento de la producción. La mayor cantidad de bienes se tradujo en un desarrollo del comercio, pero también propició guerras, para controlar las rutas comerciales y para la obtención de esclavos.

Sin embargo, bajo el reinado de Naram-Sim su hijo y sucesor, el imperio al­canzó su máxima extensión territorial: in­corporó las regiones de Alepo (actualmente, en Siria) y Trípoli (en la costa del actual Líbano), conquistó Susa y se expandió por Anatolia. Hubo un pueblo al que Naram-Sim no consiguió conquistar, pese a que guerreó contra ellos y les infligió fuertes derrotas. Eran los guti, que ha­bitaban en los montes Zagros, desde don­de atacaban continuamente las tierras del valle. Tras la muerte de Naram-Sim, Sharkalisharri, su sucesor e hijo, afrontó nue­vas dificultades. Elam se rebeló y los amorreos protagonizaron diversas invasiones. Hacia 2230 a.C. los guti lanzaron un nue­vo ataque, que culminó con el fin de la dinastía acadia. Los nómadas ocupa­ron Agadé, y la arrasaron.


Estatua de Iku-shamagan, rey de Mari. Tras hacerse con el control de la Mesopotamia, las tribus semitas impusieron a los sumerios algunas de sus costumbres, como dejarse la barba o usar túnicas de lino. También les impusieron su lengua, hasta el punto de que el sumerio hablado dejó prácticamente de ustilizarse, quedando solo reservado para los ritos funerarios y el vocabulario científico.

Las hazañas del rey Sargón y su nieto Naramsin, que significaron una gran expansión del Imperio Acadio, aparecen registradas en numerosas inscripciones. En estas, para aumentar el prestigio de los reyes, se hace mención inclusive de la cantidad de muertos y prisioneros enemigos. Pese a todas estas vicisitudes, puede afirmarse que la dinastía acadia de Sargón constituyó el primer imperio de la historia. Tras el ocaso de los acadios, la región entera cayó bajo el dominio de los guti, tribus nómades. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma ne­gativa, como "horda de bárbaros", pero es posi­ble que estas versiones estuviesen plagadas de exageraciones. Se sabe, por ejemplo, que en algunas ciudades se produjo un florecimiento de las artes, como fue el caso de Lagash, en especial ba­jo el gobierno del "patesi" -gobernador- Gudea.

Referencias:
GIMENO, D. (2008). Grandes Civilizaciones de la Historia. Mesopotamia. Editorial Sol 90.
RODRÍGUEZ, H.(1989). Historia Universal. Casa Editorial El Tiempo.
 

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